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En la Copa América nos cansamos de hablar sobre la presencia del VAR y cómo la usaban los árbitros. La falta de dinámica, los fallos polémicos, las jugadas similares que no tenían el mismo criterio y las graves acusaciones que lanzó Lionel Messi.

El certamen finalizó, Brasil salió campeón y no había motivos para que las cosas cambien. Tras la primera semana de Copa Libertadores, la tecnología vuelve a ser protagonista y se está hablando más de las polémicas que de fútbol.

El partido que más discusiones trajo fue el de River contra Cruzeiro. La primera discusión fue por un offside que fue realmente fino y que dejó dudas incluso viéndolo varias veces por televisión. Esa jugada hizo recordar al gol anulado a Uruguay en los cuartos de final, que tanta bronca generó en Edinson Cavani.

Luego continuó con dos posibles penales que no le cobraron al Millonario, que llevó a la protesta de Marcelo Gallardo y finalmente hubo un penal a favor en la última jugada. Nadie en el estadio entendía nada, pero terminaron cobrando un agarrón a Pratto.

Suárez, al igual que Marco Ruben 24 horas después, desperdició su chance desde el punto de penal. Claro, el partido entre Boca y Athletico Paranaense también terminó con mucha polémica. El árbitro cobró un penal muy dudoso en la última jugada y generó mucha discordia.

Gustavo Alfaro salió a reclamar y pidió que la tecnología sea más clara. Uno de los principales problemas que se están viendo es que no parece haber un criterio unificado y no se juzgan de la misma manera jugadas similares.

Conmebol debe empezar a tomar decisiones. Deben quedar las resoluciones más claras y no debe generar más polémica de la que ya había. Si la tecnología es para ayudar a los árbitros, hay que impedir que los perjudique más. Es tiempo de hacer un balance y darse cuenta que existe un problema.