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El fútbol y mis obsesiones. Tal vez sea por la independencia reciente, pero últimamente mis obsesiones están en pleno auge. Obsesiones que tiendo a relacionar con el fútbol, la primera de todas ellas. Después termino escribiendo sobre todas ellas. Tal vez el hecho de querer vivir cosas solo para algún día poder escribirlas sea otra de ellas, pero sobre esto ya hablaremos en otro momento. Mi cabeza tiende a juntar varias de estas obsesiones y casi siempre termino uniendo el fútbol a las mujeres, dos de los pilares de mi vida. 

Tras ver el partido entre Real Madrid y Atlético de Madrid, mi mente empezó a volar y se convirtió en más poderosa que la de Eleven, u Once para los que lo vean en castellano, y uniendo detalles, me recordó a una antigua relación.

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Con ella aprendí una lección que jamás olvidaré: lo que bien empieza no tiene por qué acabar bien, el refranero español es absurdo. Aquellos primeros días en los que todo era magia e imaginaba un futuro que no fue, pues no tardó ni tres meses en estropearse y hundir todo aquello que algún día me ilusionó. Esto también puede pasar con el Atlético de Madrid. Los del Metropolitano no deben echar las campanas al vuelo y pensar que realmente son tan superiores al Real Madrid y que si lo son tienen un equipo para aspirar a todo. Paciencia.

La pretemporada es eso, pretemporada. Nada de lo que pase en ella indica a ciencia cierta lo que ocurrirá en un futuro. Recuerdo también por Alicante una pretemporada en la que Xisco Nadal metía en todos los encuentros… y no marcó ninguno en partido oficial. Mi locura futbolera también me hace tener todas estas cosas muy presentes. El Atlético de Madrid le ha metido siete goles al Real Madrid y ha sido muy superior, pero los colchoneros deben de tener cautela, tan solo está empezando y como aquella mujer de la que hablaba, todo puede terminar cayendo, y puede no ser culpa de nadie. Aunque cuando algo falla, alguna torre siempre cae.

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El Atlético de Madrid debe de servirse de este partido para mirar hacia adelante, resaltar todo lo que hicieron bien e imprimirle más valor. Seguir mejorando la intensidad por la que se adelantaron a cada balón y el juego al espacio con el que bombardearon a la defensa madridista. Se ha mostrado el camino a seguir, pero este tendrá curvas y no será nada fácil. Esto acaba de empezar y la vida de los sufridores, entre los que me incluyo aunque sin las rayas canallas de los colchones, tiende a estropearse. Nada está ganado, nada está hecho. Solo el futuro decidirá. Como siempre dice el Cholo: partido a partido.