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El equipo de Gustavo Alfaro no podrá sacarse la espina de la final en Madrid en caso de lograr imponerse ante el eterno rival en una hipotética llave semifinal. ¿La razón? Simple: no es la definición del torneo.

Muchos hinchas de Boca esperan con ansias el poder enfrentarse ante River en las semifinales de la actual edición de la Copa Libertadores. Algunos fantasean con la idea de poder vencer al eterno rival, quien lo eliminó tanto de la Copa Sudamericana 2014 como de la Libertadores 2015 y también le ganó la final de máximo certamen continental en 2018.

Sin embargo, a esos fanáticos del elenco azul y oro se les debe dar un baño de realidad y manifestarles que este año no tendrán revancha alguna. Una serie semifinal no le llega ni a los talones al partido definitorio que (por ejemplo) se llevó a cabo en el estadio Santiago Bernabéu hace pocos meses.

La simple razón por la cual la espina de los hinchas de Boca no se quitará es porque esa llave no define un campeón. Técnicamente no define nada. No habrá vencedor en el certamen por ganar el clásico (tengamos en cuenta, claro, que aún no están resueltos ni los cuartos de final).

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De todos modos, es importante comenzar a bajar esta línea y calmar las aguas de un público Xeneize golpeado por la final perdida frente a River en Madrid. Podrán festejar en caso de avanzar, pero la palabra revancha le quedará muy grande a esa batalla.