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Un choque de barrio en el país sudamericano vivió un momento de tensión previo a la ejecución de un penalti. Varios aficionados trataron de poner nervioso al lanzador con contacto físico e increpándole, con uno llegando a mostrar un arma de fuego.

El vídeo donde se ve a un portador del número 11, vestido de amarilla con la inscripción "Familia 19", ejecutando un penalti de fútbol sala se ha vuelto viral en las redes sociales a raíz de la aparición de una pistola segundos antes del lanzamiento. El hecho de tratarse de un choque de liga de barrio dificulta identificar la competición en cuestión, si es que se trata de un torneo, y los dos equipos que se enfrentan en el partido.

No obstante, esa información es poco relevante si vemos la secuencia, que se alarga durante prácticamente un minuto y medio pero que refleja claramente lo que supone la ejecución de un penalti en un momento que, por los ánimos de los presentes, parecía bastante decisivo. El lanzador planta el balón con la invasión de campo ya realizada, estando sobre la pista miembros del equipo contrario y espectadores de la contienda.

El momento de ejecución de la pena máxima se pospone a raíz de las constantes muestras de hostilidad ante el encargado de llevarla a cabo, sin consumarse una confrontación directa pero incluyendo mensajes al oído y choques de hombro innecesarios. El momento más delicado llega cuando uno de los presentes muestra un arma de fuego, o por lo menos una que lo aparenta, para terminar de presionar al lanzador, que termina enviando el balón a la madera.

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