Skip to main content

El equipo de La Máquina volvió a perder una ventaja ganadora en un partido importante. Ahora, en los minutos finales el Puebla les empató el marcador a 1-1 y estuvieron a nada de dar la voltereta. Jesús Corona tuvo una noche de ensueño y evitó el fracaso total del Cruz Azul. Por lo pronto, aquí te presentamos lo bueno, lo malo y lo feo que se vio en el partido.

¡No te olvides de seguirnos también en nuestra cuenta de Instagram, @90min_es y en nuestra cuenta de Twitter @90minespanol!

Lo bueno

De las cosas buenas que dejó el partido fue que los dos equipos echaron toda la carne en el asador para tratar de sacar la victoria. Cruz Azul fue amo y señor en la primera mitad; sin embargo, ya para la parte complementaria Puebla estuvo cerca de ganar el encuentro.

Asimismo, de lo positivo del cotejo fueron los 400 partidos que cumplió el jugador Elías Hernández como profesional. El festejo no podía ser mejor que con su gol, aunque faltó la cereza en el pastel que es el triunfo.

Lo malo

cruz-azul-v-puebla-torneo-apertura-2019-liga-mx-5d61f21c55aa311881000001.jpg

El resultado. El equipo del Puebla merecía los tres puntos. Si bien es cierto que descuidaron todo el primer tiempo, y que Cruz Azul se volcó al frente para llevarse la victoria, el cuadro dirigido por Joaquín Velázquez puso todo el corazón en el partido, tanto así que empataron y estuvieron muy cerca de sacar petróleo del Estadio Azteca.

Lo feo

Cruz Azul sigue sin convencer. Uno de los equipos llamados 'grandes' de la Liga MX no puede jugar de esta forma. Al final, y como ya es una tradición para ellos, estuvieron casi rezando y pidiendo a gritos la hora, ya que no aguantaron la presión que de pronto comenzó a ejercer el conjunto poblano.

cruz-azul-v-puebla-torneo-apertura-2019-liga-mx-5d61f347ac984427fb000001.jpg

Por otro lado, entre lo feo del encuentro aparece el error del delantero canadiense Lucas Cavallini. Es el cobrador oficial de los penales, no obstante, se le notó nervioso y no aguantó la presión del momento. Cobró fuerte, pero el arquero rival adivinó la dirección del balón, ahogando el grito de gol.