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Ayer hubo reunión en París entre las directivas del PSG y el Barça y hoy todos los medios se han hecho eco de que los catalanes han tomado, de nuevo, la delantera por el fichaje de Neymar. El propio jugador, además, parece que ya se moja y reitera que quiere volver a Barcelona. Entre tanto, ahí sigue el Real Madrid, esperando movimientos, a ver si le compensa fichar o no al jugador.


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Ciertamente, visto lo visto, mejor dejar escapar la oportunidad que afrontar semejante fichaje. Parece ser el que el PSG ha bajado sus expectativas y ahora pide 170 millones de euros por el brasileño. Pero, aun así, entre pago de traspasos, comisiones y salario del jugador, el montante total se dispara, y no cualquier club puede hacer frente a tal cantidad. Es más, habrá que ver cómo lo hace el Barça, que tampoco está para tirar cohetes.

Ni siquiera el Real Madrid que, dicho sea de paso, ha sido el equipo que más dinero ha gastado este verano - más de 300 millones de euros y no ha vendido a Bale y James para cuadrar cuentas -, puede hacer frente el fichaje. No está de más recordar que junto con la 'renovación' de la plantilla, el equipo ha empezado a remodelar el estadio y ahí también se les va a ir más de 500 millones de euros. Lo pagarán a plazos, pero el futuro ya está hipotecado y con Neymar será forzar aún más la tesorería.

También es una cuestión deportiva o, más bien, de estabilidad dentro del vestuario. La calidad de Neymar es innegable, pero el ambiente en el vestuario del Real Madrid está más que asentado, lleva años sin protagonizar grandes escándalos extra deportivos y su llegada podría generarlos, tal y como ha ocurrido en el PSG. Solo hay que recordar la polémica de las faltas y penaltis con Cavani en sus primeros meses como jugador parisino. En el Real Madrid hay unos galones repartidos y con Neymar, seguramente saltarán por los aires.

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Que el Real Madrid necesita de un crack mundial es palpable, pero Neymar no es el nombre. Subiría la calidad individual del equipo, pero el problema ahora del equipo no es ese, es que no funciona como tal, como equipo. Hay jugadores buenos de sobra, y lo que hay que hacer es, más bien, es generar hambre por los títulos, con lo que tenemos. 

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