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Apenas se han disputado tres jornadas de LaLiga 2019/2020 y algunos equipos esperaban con los brazos abiertos el parón de selecciones, entre ellos el FC Barcelona. Una derrota, una victoria, un empate, sensaciones encontradas y la necesidad de recuperar a Leo Messi cuanto antes es el resumen de lo que está siendo este principio de temporada para los azulgranas.

El arranque del Barça es el peor que se recuerda en años, a cinco puntos del líder, y cierto es que las lesiones han variado los planes de Ernesto Valverde en el ataque pero la ausencia de Messi no debe servir de excusa para justificar que el equipo fuera de casa no consiga ganar. La imagen dada ante Osasuna junto a la dificultad de conseguir los tres puntos hizo que Piqué saliera de El Sadar enfadado y el resto del vestuario se fue muy tocado. Sólo llevamos tres jornadas y en el Barcelona ya se empiezan a ver caras largas, y en esta semana sin liga Valverde y compañía tienen que aprovechar para reordenar las ideas y fijar el rumbo que debe seguir el equipo.

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Las irrupciones de Carles Pérez y Ansu Fati han sido las mayores alegrías del Barça en estas tres jornadas, pero si en un equipo plagado de estrellas y jugadores internacionales tienen que venir dos chicos de la cantera, uno de ellos en edad juvenil, a sacar las castañas del fuego es que efectivamente hay algo que no marcha bien en ese Barça. Valverde tiene una semana para tratar de dar con la tecla que rehaga al Barcelona y le convierta en ese equipo dominador al que es misión imposible quitarle el balón y más aún crearle ocasiones de peligro. En tres partidos el conjunto azulgrana ha sido capaz de mostrar su peor cara y también su lado más demoledor.

La pretemporada del Barcelona fue diseñada desde el punto de vista económico y no deportivo, y el equipo arrastra las carencias de esa falta de planificación inicial. Este parón supone un soplo de aire fresco en un vestuario que empieza a calentarse antes de tiempo y en el que todos tienen que estar unidos en pro de un mismo objetivo, y la sensación que trasmiten es que el entrenador va por un lado y los jugadores por otro. Al entrenador le vendrán bien estos días para trabajar pensando en un futuro a largo plazo y no el próximo partidos, y a los jugadores para coger distancia y regresar a la competición con la energía cargada y el chip cambiado. Valverde tiene que conseguir que esta semana sin el grueso de sus futbolistas sea productiva y sirva para darle un giro a nivel anímico a este equipo.

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