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Las nubes tormentosas han desaparecido del cielo de Vigo. Aquellos vientos que la temporada pasada parecía que llevarían a los celtinhas al infierno han cesado. Iago Aspas los dispersó con la vuelta tras su lesión la pasada temporada. El mago de Moaña utilizó todo su poder la pasada campaña para convertirse en un semidios e impulsar aquellos males y esa oscuridad hacia un terreno desconocido para los gallegos llamado Gerunda… o Girona, en la actualidad.

Esta temporada los celestes no necesitarán de tal manera la magia de su príncipe. Pese a que han perdido a su gran escudero, Maxi Gómez, no se atisban sufrimientos en las orillas del Atlántico. La marcha del charrúa dejó sobre la mesa una cifra cercana a los 15 millones de euros que han sabido aprovechar. Esta vez el Celta no parece que vaya a colocarse entre los candidatos al descenso. Al contrario, es un equipo al que va a apetecer ver. Tiene jugadores para encandilar a todo futbolero.

El final de mercado se selló con la vuelta de una de las mejores zurdas de LaLiga. Rafinha, que ya estuvo cedido cuando Luis Enrique dirigía al club, vuelve para mostrar su mejor fútbol en Balaídos. Llega cedido por el Barcelona. El brasileño ha sido la guinda de un pastel que los celtinhas han edulcorado con fichajes y grandes vueltas durante toda la temporada.

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Los regresos de grandes estrellas han marcado la ventana de traspasos en Vigo. No solo el Alcántara ha vuelto para volver a poner al Celta en primera plana nacional, también lo han hecho otros jugadores de la casa como Denis Suárez y Santi Mina, además de Pape Cheikh. Denis Suárez ya ha empezado a mostrar el nivel que le valió su fichaje por el Barcelona en este inicio de temporada. Se entiende a la perfección con Iago Aspas y promete hacer diabluras con Rafinha. Mientras estos tres tocan, esperará en el área Santi Mina para volver a ser ese goleador que nunca dejó. Por si la pierden, Pape Cheikh estará pendiente al corte. Además, como nueva llegada, Aidoo será el fiel escudero. El Celta apunta muy buenas maneras.