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Mientras el Atlético de San Luis le jugó sucio a Poncho Sosa, inventando cualquier pretexto con tal de justificar su despido pese a los buenos resultados que estaba teniendo con el equipo, Gustavo Matosas hizo algo semejante como estratega de la selección de Costa Rica al anunciar, a sabiendas de la oportunidad de dirigir al cuadro potosino en la Liga MX, que dirigir a un combinado nacional era muy aburrido y que por ende renunciaba a su puesto. 

Bien dicen que nunca falta un roto para un descosido y eso es lo que sucede en este caso, donde ambas partes traicionaron a su empleado o empleador con tal de poder unirse en la búsqueda de un mismo objetivo, pero aunque hay argumentos para estar molestos por cómo manejaron cada uno su situación, la realidad es que a la larga Gustavo Matosas podría ayudar mucho al futbol que quiere desplegar el Atlético de San Luis. 

Las formas claramente fueron las incorrectas y es válido el deseo general de que Matosas no cumpla un buen papel con el cuadro rojiblanco, pues mucha afición está realmente molesta por la injusta destitución de Alfonso Sosa, pero a la hora en que empiece a rodar el esférico la realidad puede ser muy diferente si ponemos en la báscula la capacidad técnica del entrenador uruguayo, su liderazgo y experiencia junto a un plantel bien armado como el del San Luis. 

El tiempo pasará y el efecto de lo acontecido tanto con la directiva española y Sosa, así como con Matosas y la Federación de Costa Rica irá desapareciendo, especialmente si los resultados se empiezan a dar y ambos demuestran que pese a no haberlo hecho de la mejor manera, tomaron la decisión correcta. 

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