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Primero de septiembre del año 2013, el Atlético de Madrid encaraba un partido difícil en un campo no demasiado amigable para los colchoneros, Anoeta. Los de Simeone, al igual que el sábado, llegaban líderes e invictos en un inicio de Liga ilusionante para sus aficionados, y ganaron (1-2). Este año no fue así, no solo se perdió el encuentro, sino que se confirmó un mal presagio que todo colchonero quiere olvidar de su pasado, la inestabilidad defensiva, que acompañó al conjunto del Manzanares durante muchos años, hasta la llegada del Cholo.

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Ese año el Atlético hizo una de las mejores temporadas de su historia, y no fue precisamente por contar con un gran número de estrellas en su equipo, sino por ser precisamente eso, un equipo, estar afianzado en una buena defensa y tener un entramado defensivo, más parecido a una tela de araña que a una táctica deportiva, basado en dos pivotes defensivos (Tiago y Gabi), que actualmente parece no encontrar.

Cierto es, que esta temporada Diego Pablo se enfrenta a uno de sus mayores retos, reformar esa defensa que tantas alegrías le ha dado; cierto es, que se le ha ido su guardia pretoriana (Godín, Filipe Luís y Juanfran); pero cierto es también, que la presión tras perdida que hacía el equipo aquella temporada se ha perdido, aquella en la que cualquier jugador cercano una pérdida, acudía raudo y veloz a ayudar en tareas defensivas. Eso no es culpa de la defensa, es culpa de la planificación táctico-defensiva del equipo.

Perder a los hombres que han abanderado tu idea futbolística nunca es fácil, es más, perder a Godín no es fácil, pero todos suponían que sus galones iban a ser recogidos por su compatriota Giménez, al que parece pesarle demasiado la presión de portar el 2 del faraón, y ha tenido que ser Savic el que se haga amo del centro de la zaga rojiblanca, en detrimento de uno de los fichajes más reclamados por Simeone, Mario Hermoso.

Las alas de esta defensa, Trippier y Lodi, poco tienen que envidiar ofensivamente a las anteriores, pero si hablamos de defender, este Atlético vuela descompensado ya que el brasileño no tiene los conceptos de repliegue que atesora el británico.

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Mucho tiene que trabajar el cuerpo técnico en tareas defensivas colectivas, asentando un doble pivote que dirija esa presión, erigiendo un líder de la zaga que organice a sus soldados y recalibrando los laterales, para que este Atlético recupere esa maravillosa táctica defensiva.