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Esteban Andrada, arquero de Boca Juniors, atraviesa el mejor momento de su carrera: con una nueva valla invicta, en este caso ante San Lorenzo, ya son 1049 los minutos que lleva sin recibir goles entre torneo local y Copa Libertadores de América.

Es la primera vez en la historia del profesionalismo que un equipo comienza un torneo con siete partidos sin conceder ni una sola conquista (Racing en 1966 y Vélez en 1993 habían logrado seis): ni Huracán, ni Patronato, ni Aldosivi, ni Banfield, ni River, ni Estudiantes ni San Lorenzo pudieron convertirle al "Xeneize".

Sin embargo, en el horizonte del club boquense se encuentra nuevamente River, su clásico rival, que como recién mencionamos no pudo hacerle goles por Superliga en el último enfrentamiento pero que tiene los mejores recuerdos en el último cruce por Copa Libertadores de América.

La semifinal de ida entre los dos equipos más importantes del país será el 1 de octubre en el Antonio Vespucio Liberti, mientras que la serie se definirá el 22 del mismo mes en La Bombonera.

El entrenador riverplatense deberá planear una estrategia para poder doblegar a la defensa de Boca, conformada por Marcelo Weigandt o Julio Buffarini en el lateral derecho, Lisandro López y Carlos Izquierdoz como dupla central indiscutida, y Frank Fabra o Emmanuel Más en la izquierda.

En el Superclásico disputado en el Estadio Monumental por la quinta fecha, el pasado 1 de septiembre donde igualaron 0 a 0, el DT boquense Gustavo Alfaro fue muy criticado por el planteo "mezquino" que le impuso a su equipo, aunque logró a la perfección su objetivo: mantener el arco en cero.

Seguramente repetirá la idea en el próximo encuentro que los enfrente, con el mismo escenario aunque con distinto tinte y repercusión. Sin embargo, cuenta con el partido de vuelta en su casa para definirlo.

La premisa de Marcelo Gallardo será, como se dice en el fútbol, salir a matar.Una especie de copia de lo realizado ante Atlético Tucumán, por los cuartos de final de la última Copa Superliga, donde tras perder 3 a 0 el encuentro de ida y con la obligación de revertir el resultado le aplicó una presión constante al rival desde el vamos, aunque el 4 a 1 no le alcanzó para pasar.

El resultado en este caso es anecdótico, pero todos recordamos ese ahogue insoportable que los futbolistas de River le provocaron a sus pares del "Decano", sin dejarlos siquiera pasar la mitad de cancha con pelota dominada.

Los jugadores "Millonarios" vienen trabajando hace mucho tiempo de la misma manera y están a pleno físicamente. Ya lo dijo Marcelo Díaz, volante central del Racing Club campeón que cayó 6 a 1 en el presente torneo ante los de Núñez: "Son aviones, parece que se dopan"

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En River, los delanteros son los primeros defensores. Con Rafael Santos Borré como abanderado, presionan a los zagueros rivales como si recuperar la pelota se tratara de una misión de vida o muerte, y terminan logrando el objetivo de hacerse de ella. Matías Suárez, Ignacio Scocco y Lucas Pratto, los otros puntas que tienen chances de jugar, también son conscientes de ello.

Pero claro, la única forma de que la organizada defensa de Boca comience a perder la paciencia es con el rival marcándole un gol, algo que hace más de 1000 minutos que no ocurre: de lo contrario, ninguno de los cuatro zagueros ni Andrada se pondrán nerviosos a la hora de reventar toda pelota que se cruce por el área. 

Si logra cumplir con la premisa de mantener el arco invicto, seguramente en el contraataque Boca tendrá la chance de contar con alguna oportunidad de gol, y en caso de lograrlo quedará muy bien parado de cara a la vuelta en su casa.

¿Qué terminará ocurriendo? Solo el tiempo lo dirá. Pero ya hay muchos matices para sostener que estaremos en vísperas de una serie espectacular. Preparen los pochoclos...