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El colombiano de 23 años es uno de los futbolistas más veloces que tiene Gustavo Alfaro en su plantel. Si quiere proponer un juego de contraataque, Villa es el indicado al momento de salir rápido hacia la valla contraria. ¿Recuerdan quién fue el único que desequilibró a la defensa de River en el último Superclásico? Sí, él.


Sebastián Villa llegó al Club Atlético Boca Juniors el 27 de junio de 2018. Lleva apenas un año y un puñado de meses vistiendo los colores azul y oro. De hecho, nunca se ha asentado como un titular indiscutido. Quizá fue Guillermo Barros Schelotto quien más continuidad le dio en su proyecto.

Hoy, Gustavo Alfaro lo tiene como una carta de ataque sorpresa, de esas que pueden ingresar en un complemento complicado al momento de buscar abrir el marcador. Pero en la serie copera que se viene ante River, Villa debe ser el principal faro ofensivo. Y no porque le lluevan centros de todos lados, sino por su velocidad al momento de comandar contraataques.

Si Lechuga quiere repetir el esquema que utilizó en el último Superclásico jugado en el Monumental, deberá poner al colombiano desde el ataque. Su velocidad, decisión y precisión para ocupar los espacios vacíos casi que no la tiene nadie en el plantel xeneize.

Es cierto que tiene apenas tres goles, pero cuenta con siete asistencias y es la llave perfecta para escapar de los posibles acechos de River (que estará desabastecido en defensa buscando convertir el primer gol del partido).

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La defensa aguanta, recupera la pelota y se la da a Villa. Ese debe ser el camino correcto si Boca quiere irse con un resultado positivo de la primera semifinal de Libertadores ante River.

Su velocidad no la tiene Zárate, mucho menos Tévez. El desequilibrio no lo tiene Mac Allister: Villa es el indicado. Desde este humilde lugar, invitamos a Gustavo Alfaro a que se replantee la posibilidad de darle más lugar a un jugador que sin dudas le otorgará grandes satisfacciones. ¿Podrá hacerlo o preferirá darle rodaje a un once que sólo defiende pero no ataca ante River?