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La temporada del galés Gareth Bale no está siendo la mejor posible. Las lesiones y el bajo nivel mostrado le han hecho perder la confianza de su técnico y de su afición. Sin embargo, ante el Deportivo Alavés, Bale cambió. Se vio a un jugador mucho más participativo, voluntarioso, incluso feliz sobre el césped. Y todo esto tiene una razón: una charla con su entrenador, Zinedine Zidane. 

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El técnico francés sabe que necesita a todos sus hombres para afrontar el partido de vuelta frente al PSG, y no se podía permitir el lujo de prescindir del jugador galés. Es cierto que las lesiones han lastrado a Bale en su periplo en el Real Madrid. Además, este año se ha perdido varios partidos por lesión. Por lo tanto, no ha tenido demasiadas opciones de mostrar su verdadero nivel. Sin embargo, cuando no ha estado lesionado no hemos visto al Bale del Tottenham o al de sus primeros meses en Concha Espina. Se ha visto a un jugador muy apático y sin la mordiente y la potencia que le ha caracterizado desde siempre.

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Lo que terminó de hundir al futbolista británico fue su suplencia en Champions League frente al París Saint-Germain. En ese momento vio que algo no funcionaba bien y vivió unos días verdaderamente duros. Frente al Leganés volvió a ser suplente y parecía que Gareth Bale estaba más cerca de irse que de quedarse la próxima campaña.

Entonces fue cuando apareció la figura de Zidane. El técnico galo sabe de la importancia que tienen que tener todos sus hombres para afrontar el tramo final de la temporada, y no estaba dispuesto a perder un activo tan importante como el de Bale. Por ello, según Marca, el entrenador decidió hablar con el futbolista, para convencerle de que contaba con él al 100% y que está convencido de que va a ser importante en lo que resta de temporada.

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Y ahí llegó la respuesta del delantero. Fue contra el Alavés, donde cuajó uno de los mejores partidos de toda la temporada y donde despejó las dudas sobre su rendimiento. Vimos al Bale más activo y feliz de toda la temporada, de hecho, jugó los 90 minutos, algo que no hacía desde septiembre. Bale y Zidane quieren demostrar que el nivel del galés es el óptimo para jugar en el Real Madrid y van a luchar por ello hasta el final.