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El fútbol mexicano ha estado dentro del ojo del huracán en más de una ocasión durante el torneo Apertura 2018 debido a la conducta inapropiada de las barras de ciertos equipos, provocando lamentables sucesos y poniendo en peligro la vida de los aficionados.

Lo ocurrido previo al duelo de la Jornada 10 en el Clásico Regio entre Tigres y Monterrey hizo saltar las alarmas, pues los pseudo seguidores de ambos equipos se enfrentaron en una batalla campal, dejando varias personas heridas y penosamente a un fanático del conjunto felino en el hospital luchando entre la vida y la muerte.

[youtube:https://youtu.be/Cb6mPQ2ukjA]

Ante estos vergonzosos eventos, el gobierno de Nuevo León y los máximos dirigentes de la Federación Mexicana de Fútbol implantaron leyes para buscar erradicar este tipo de problemas en el balompié azteca.

Sin embargo, estas medidas no fueron acatadas por todos, pues previo al partido de Toluca y Gallos Blancos correspondiente a la Fecha 14, un grupo de animación de los Diablos Rojos apedrearon al autobús que transportaba al cuadro queretano al Estadio Nemesio Diez, poniendo en peligro la integridad física de los jugadores.

La pregunta que queda por resolver es: ¿qué medidas debe tomar la FMF y los clubes de la Liga MX para eliminar este tipo de vandalismo?

Los altos cargos de la Femexfut deben tomar al toro por los cuernos y cumplir con las medidas que imponen, ya que a través de redes sociales y campañas piden erradicar con la violencia, y manifiestan que se aplicarán sanciones ejemplares a las personas que rompan con ellas, sin embargo, ha quedado demostrado que del dicho al hecho hay un gran trecho, pues cuando han tenido la posibilidad de exponer la fortaleza que tienen la han dejado pasar, claro ejemplo de esto fue no cancelar el cotejo entre Tigres y Rayados y que los agresores sigan prófugos y sin cumplir una sentencia en prisión.

Asimismo, se debería ampliar el operativo de seguridad en los inmuebles de México, pues con esta medida se salvaguardaría la integridad de los presentes y se disminuiría la posibilidad de agresiones entre aficionados de equipos rivales.