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El jugador galés fue el encargado de transformar la pena máxima que le dio los tres puntos al Real Madrid ante el Levante, pero a la hora de festejarlo se mostró visiblemente enfadado.


Gareth Bale fue uno de los nombres propios en el partido entre el Levante y el Real Madrid. El galés entró en el terreno de juego en el minuto 74 en sustitución de Karim Benzema y anotó el 1-2 definitivo desde el punto de penalti, pero no quiso celebrar su gol y se dirigió hacia el centro del campo.

El jugador está enfadado por su situación actual dentro del vestuario y no quiso disimular su actitud. Cuando Lucas Vázquez se acercó para felicitarle por el tanto, el goleador dejó unas feas imágenes al quitarse de encima al gallego de mala manera y de camino hacia su propio campo fue esquivando al resto de sus compañeros, negándoles la mano. Tan sólo Luka Modric fue capaz de frenar al galés y abrazarle.

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Este gesto de Bale hacia sus compañeros no ha sentado nada bien y ya son varias la voces que piden la salida del galés del equipo. Además, dentro del club son cada vez menos los apoyos que tiene y su distanciamiento con el resto de la plantilla es cada vez más evidente.

El enfado de Bale, motivado principalmente por la suplencia a la que se ha visto relegado, va en aumento y, con este gesto de ayer, suma una nueva polémica a su lista que está acabando con la paciencia tanto de los aficionados como de los directivos madridistas.

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