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El cuadro de Birmingham regresó a la Premier League después de tres años. Los botines deteriorados de su capitán adquirieron notoriedad, finalizada la definición ante el Derby County.

El pasado 2 de marzo, el ‘10’ del Aston Villa volvía de una lesión que lo había marginado tres meses afuera de las canchas. Desde su retorno, su equipo encadenó nueve victorias al hilo que lo llevaron a las eliminatorias del Championship. Según palabras suyas, las protagonistas eran sus botas destartaladas. Es llamativo que en el nivel de profesionalismo, un jugador tuviera en semejante condiciones a sus botines, con el cuero que los recubre andrajoso y harapiento, pidiendo el cambio. Los botines son las herramientas de los futbolistas. Si no están propiamente cuidados, puede ser una desventaja deportiva. Pero Grealish le restó importancia; al contrario, las llamó “sus botas de la suerte”. En el ambiente del fútbol se lo traduce en cábala.

"Volví de una lesión y estas botas estaban nuevas a estrenar. Marqué dos goles y di un par de asistencias, y como se convirtieron en mis botas de la suerte tuve que quedármelas", explicó a Sky Sports, tras la final que ganaron por 2-1 al equipo dirigido por Frankie Lampard, ex jugador histórico Chelsea

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El conjunto violeta acompañara al Nowich City y al Sheffield United, que habían logrado el ascenso directo a la máxima categoría inglesa, tras terminar en la primera y segunda colación, respectivamente, del campeonato de segunda división.

El mismo Jack había sido noticia tiempo atrás, cuando un aficionado ingresó al campo de juego mientras se disputaba el derbi de Birmingham, y de manera cobarde lo agredió por la espalda. "Después del incidente en el terreno de juego, que involucra un ataque al jugador del Aston Villa; un hombre ha sido arrestado y puesto en custodia", escribía en Twitter la policía británica.