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La serie 'Equipos de época' nos había llevado ya por España, Inglaterra, Alemania, Italia e incluso Holanda con el Ajax de Amsterdam de Johan Cruyff, y hoy es Portugal la que centra toda la atención. Casualidad o no, esta entrega número 13 recordamos al Benfica de la década de los sesenta que comenzó con Béla Guttmann en el banquillo y terminó con el equipo de Lisboa maldito en Europa.

Como sucede en la actualidad, en aquella época los títulos nacionales se disputaban entre Benfica, Porto y Sporting de Portugal. Ellos tres eran, al igual que ahora, los referentes en un país cuyo fútbol se vio muy influenciado por los portentos físicos llegados desde las colonias que Portugal aún mantenía en África. La historia del club de las 'Águilas' no se entiende desde entonces sin dos figuras: Guttmann y Eusebio da Silva, la 'Pantera negra'.

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El técnico húngaro había sido futbolista en Europa y en Estados Unidos, pero tras su retirada comenzó su carrera en los banquillos en 1933 en Austria. Fue viajando de equipo en equipo por todo el continente, emigró a Argentina, regresó y dirigió al AC Milan, volvió a Sudamérica, al Sao Paulo brasileño y en 1958 llegó a Portugal. En el país ibérico vivió su mejor etapa como entrenador y cosechó sus mayores éxitos.

Aterrizó en el Porto y ganó la liga portuguesa en su primer año, el Benfica se fijó en él y lo fichó para hacer historia en Lisboa. Nada más llegar hizo una limpieza radical del equipo, despidió a 20 jugadores del primer equipo y ascendió a un grupo de juveniles, además comenzó a firmar futbolistas africanos. Con un equipo rebosante de juventud y frescura se llevó las dos ligas siguientes en 1960 y 1961. Comenzaba así la época dorada del club lisboeta.

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En 1961 entra en la Copa de Europa y deja en el camino al Ujpest húngaro, el cual Guttmann había dirigido, el Arhus danés y el Rapid Viena austriaco para medirse en la final al FC Barcelona. El Benfica de José Aguas, Mario Coluna y Jose Augusto levanta su primera Copa de Europa tras derrotar a los blaugranas por tres goles a dos en la conocida como "final de los palos cuadrados" por los numerosos disparos al poste de los culés que terminaron cayendo.

El club portugués se convertía así en el primer equipo en ganar este trofeo que no fuese el Real Madrid, que había alzado las cinco anteriores. Y tras hacerse con el trono continental llega otro hito en la historia del club: el fichaje de Eusebio. La historia de su llegada es tan curiosa como inesperada pues fue José Carlos Bauer, internacional brasileño al que Guttmann dirigió en Sao Paulo, quien le descubre en Mozambique, su país natal, y le invita al técnico a ficharle.

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'La Pantera negra' llega con tan solo 18 años al Benfica como un delantero tan físico como talentoso y en su debut, en un amistoso frente al Santos de Pelé en París, sale desde el banquillo y anota un hat-trick que deja asombrado a 'O Rei'. Eusebio empata el partido a tres en pocos minutos y la leyenda brasileña hace dos más para dar la victoria a los suyos.

En su primer año Eusebio lleva al equipo hasta la final de la Copa de Europa de nuevo. El Real Madrid de Di Stefano, Gento y Puskas se ve superado por el Benfica con el delantero portugués como estrella al anotar los dos últimos goles, los de la victoria para los suyos, desde el punto de penalti y con un libre directo. El Benfica hace historia y Guttmann pide un aumento de sueldo, pero el presidente no lo considera oportuno y le despide.

El técnico se marcha en el verano de 1962 y deja una frase que marcará la historia del club: "Sin mi ni en cien años el Benfica será campeón de Europa". Una amenaza que se convirtió en realidad y maldición pues, desde entonces, el club lisboeta ha disputado ocho finales europeas y ha caído en todas ellas. Durante esa década su dominio continuó y llegó hasta el último partido en 1963, cayendo ante el AC Milan, en 1965, derrotados por el Inter, y en 1968, superados por el Manchester United.

En Portugal el Benfica con Eusebio a la cabeza logró sumar seis ligas más hasta 1969 consiguiendo un total de ocho en diez años, pero por muchas finales que alcanzó tanto en la Copa de Europa como en la UEFA, ahora Europa League, no levantó ningún título más. Guttman continuó entrenando, en 1965 regresó al Benfica, levantó la liga, llegó a la final continental y no la logró.

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Tras 41 temporadas como entrenador, en 1974 dejó los banquillos y tras su fallecimiento en 1981 muchos aficionados del club luso confiaban que la maldición que sobrevolaba sobre la entidad desapareciese. Sin embargo, el Benfica ha alcanzado más finales y nunca ha vuelto a ganar, cumpliendo una maldición que, si por Guttmann fuese, duraría otros 43 largos años. Un mal de ojo que, como sucede con el 13, para muchos supersticiosos es la causa de su mala suerte, aunque en este caso preferimos atribuirlo a las "cosas del fútbol".