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Georgina Rodríguez ya tiene una vida completamente familiar con Cristiano Ronaldo. La pareja ha ido creciendo a pasos agigantados e incluso comparten una hija en común, Alana, la hermanita de los otros hijos del portugués. Estas navidades las pasaron en Madeira, la ciudad natal del crack del Real Madrid y la oscense pudo conocer el día a día de la infancia de su pareja.

Georgina, agradecida a Cristiano por quererla y haberla introducido en su familia desde el principio, escribió unas palabras para su pareja a través de Instagram. En ellas describía las sensaciones que sintió al haber contemplado la casa en la que creció el luso, la cancha de fútbol en la que jugaba una y otra vez de pequeño…

"Y de pronto, te das cuenta de lo poderoso que puede ser un pensamiento, un sueño, vivir en positivo y con ilusión.

Hace unos días, cuando despedíamos el año y comenzábamos el 2018 en Madeira, me llevaron a conocer la calle donde creció mi amor. Una de esas visitas especiales y que marcan.

Esta foto la tomamos en su antigua casa, donde Cristiano creció.

Recuerdo a mi cuñado Hugo contándome anécdotas y se dibuja una sonrisa en mi cara mientras lo imagino allí, a un Cris de niño pasando horas y horas jugando solo concentrado con su balón, lanzándolo contra la pared, con un pie y con otro. Ese es un lugar especial, se respiraba la ilusión, estaba lleno de sueños, esfuerzo, superación, pensamientos tan fuertes y profundos, que un día dejaron de ser sueños y deseos para convertirse en SU REALIDAD.

Todo lo que nuestro SER proyecta y lucha por conseguir se hace realidad. De ahí la importancia de tener una mente limpia y un alma en paz, siempre siendo positivo. Que nadie nos limite, que nadie nos diga hasta dónde somos capaces de llegar, y si lo hacen debemos ser conscientes de que esos son solo los límites de la persona que habla, no los nuestros.

Fue muy emocionante conocer el lugar donde creció la Leyenda."