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Cuando Ángel Correa fichó por el Atlético de Madrid en junio de 2014, al delantero argentino le detectaron una dolencia cardiaca en la revisión médica con el conjunto rojiblanco, cuando tan solo tenía 19 años. Correa tuvo que ser operado ese mismo verano y no regresó a los terrenos de juego hasta diciembre de ese mismo año, seis meses después de la operación.

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Su compatriota, el arquero del Atlético de Madrid, Axel Werner, subió una foto de ambos a las redes sociales en la que el delantero aparecía sin camiseta, dejando ver la cicatriz que la había quedado en el pecho de aquella operación. La marca, vertical, se encuentra justo en el centro del pecho y tapa una pequeña parte de un tatuaje del futbolista.

"Los médicos me habían dicho que iba a estar todo bien y que no había ningún riesgo de no poder volver a jugar, pero era todo mentira. Me habían mentido. No me dijeron nada antes de operarme para que lo hiciera, pero después de que saliera todo bien me dijeron que existía la posibilidad de que si hubiera salido algo mal podría no haber vuelto a jugar. Por supuesto, salió todo bien y pude seguir", declaró en su momento Correa, que tuvo la fortuna de continuar jugando al fútbol al máximo nivel.

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El delantero argentino demostró ser todo un ejemplo de superación y no ha vuelto a sufrir ningún problema relacionado con el corazón desde entonces. En su actual temporada como rojiblanco, Correa lleva 5 goles y 3 asistencias en los 27 encuentros que ha disputado con el Atlético de Madrid esta temporada. El club podría estar interesado en un nuevo delantero si finalmente Griezmann abandona el equipo en verano.