Skip to main content

En la familia Suárez el fútbol corre por las venas, y pese a que los flashes se los roba por excelencia Luis, el delantero del FC Barcelona tiene un hermano, Paolo, que puede contar su propia historia en este deporte con muchos ingredientes que la hacen única, pasando desde acusaciones de arreglos de partidos hasta una nacionalización que llevó al Congreso de un país a votar.

Paolo Suárez, con 37 años, sigue aun vigente en el fútbol, pero a diferencia de Luis ha realizado casi toda su carrera en el fútbol de Centroamérica, siendo una personalidad reconocida en esta parte del mundo, sobre todo en El Salvador, donde tiene la nacionalización pese a lo cual no pudo jugar por la selección de este país.

Delantero al igual que su hermano, Paolo comenzó su carrera en el humilde Club Atlético Basáñez, teniendo una buena proyección lo que hizo que Peñarol se fijara en él, haciéndole una propuesta, la misma que rechazó debido a ser hincha de Nacional.

"Era un contrato profesional, pero lo rechacé, porque soy hincha de Nacional. Y eso que yo no ganaba dinero en el Basáñez, recién estaba en la Cuarta…", indicó acerca de este hecho.

Tras su paso por otros clubes de su país y en el Atlético Nacional en Colombia, su carrera derivó hacia El Salvador, donde se hizo destacado no solo por su buen juego sino además por sus polémicas en redes sociales con hinchas de clubes rivales.

Con Metapán obtuvo cinco títulos y con el Comunicaciones fue campeón seis, siendo un jugador récord de este país, lo que lo llevó a ser considerado para la selección de este país para las Eliminatorias del Mundial Sudáfrica 2010, en una campaña que llevó su nombre al Congreso de El Salvador, sometiéndose una votación parlamentaria que pese a ganar no le valió para ser internacional debido a un tecnicismo que no le permitió jugar, por no tener cinco años seguidos jugando en ese país.

"La verdad es que nunca pensé que eso me afectaría para cumplir mi sueño. Pido perdón", dijo entonces.

En el 2013, estuvo involucrado en el supuesto arreglo de partidos de su equipo, el Metapán, en partidos de la Concachampions, lo que finalmente no terminó procediendo, pese a lo cual quedó una investigación realizada por la justicia de este país.

Sobre su relación con Luis Suárez, Paolo indicó que en un inicio el atacante del FC Barcelona buscaba las fiestas, lo que él ayudó a mantener alejado.

"Luis empezó igual, ganando mucho dinero… y a los bailes. Yo lo encerraba en mi casa para que él no saliera a joder. 'No salís', le decía yo. 'No, que quiero salir', me decía. Él me puteaba. Ahora agradece todo eso. Por eso ha dicho en las primeras entrevistas, cuando empezó a crecer, que yo, más allá de ser el hermano, como que fui y soy un padre para él", puntualizó.

Una historia con muchos ingredientes que si bien no lo ubicaron en los grandes clubes del mundo no difieren de una historia que amerita ser contada por sus múltiples ingredientes.