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Generalmente, los árbitros tanto del fútbol argentino como a nivel mundial son juzgados y criticados por las decisiones que deben tomar en pocos segundos, razón por la cual se terminan equivocando en reiteradas ocasiones, al igual que todos los humanos.

Pero, a veces, son ellos mismos los que se exceden por malos tratos con los jugadores o directores técnicos y se ganan la bronca de los protagonistas y de los hinchas, aunque lo ocurrido ayer en Rosario en el partido entre Newell's y Talleres no tiene precedentes.

Patricio Loustau, encargado de impartir justicia en el Marcelo Bielsa, tuvo una reacción totalmente repudiable con Jerónimo Cacciabue, el joven futbolista de Newell's que cumplió su sueño al marcar el gol de la victoria Leprosa en su debut en Primera.

Mientras los jugadores festejaban la conquista agónica del pibe tirados en el piso, el juez no tuvo mejor idea que... ¡pegarles patadas para que se levanten! 

Increíble pero real: Loustau empezó a darle en el tobillo al debutante sin dejarlo disfrutar de la alegría y, una vez que se pararon, siguió haciendo lo mismo con el afán de apurarlos para que el rival saque del medio.

Sinceramente, no encontramos ningún antecedente de éste estilo, y no logramos comprender el accionar del árbitro. Con pedirles de manera respetuosa que vuelvan rápido alcanzaba. Un gesto de mala educación que no suma...