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El FC Barcelona-Real Madrid de ayer dejó muchísimos detalles que analizar. El choque era intrascendente en lo que a clasificación se refería, los locales ya eran campeones, mientras que los visitantes ya tienen asegurada su presencia en la próxima Champions. Sin embargo, un choque entre estos dos transatlánticos nunca es intrascendente. Lo demostraron ambos conjuntos durante los 90 minutos. Luis Suárez estuvo especialmente activo y estuvo involucrado en varias acciones polémicas a lo largo del encuentro.

La más destacada y la que más incidencia tuvo en el resultado final fue la falta que cometió el delantero uruguayo sobre Varane antes del segundo gol azulgrana. El propio Suárez reconoció al término del partido que había cometido la infracción. “Es un poco de falta porque Varane controla y yo justo le meto el pie, pero ahí está la decisión del árbitro. A veces acierta y en otras no. Me sorprendió que me dejó seguir”, fueron las palabras del delantero culé. Asimismo, la lucha que mantuvo con el central francés fue intensa durante todo el encuentro.

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Pese a la multitud de jugadas polémicas que se vivieron y la tensión que hubo durante el encuentro, el pitido final de Hernández Hernández dejó gestos bonitos entre jugadores de ambos equipos. Futbolistas de Barcelona y Real Madrid se abrazaban y charlaban amistosamente una vez finalizado el partido. 

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Quizá eso los aficionados más acérrimos de uno y de otro no lo vieron, solo les interesa la polémica, y no mostrar lo que de verdad ocurre entre estos compañeros de profesión.