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En un torneo juvenil en Escocia se marcó el que podría ser el gol más rápido de la historia, el mismos que se dio apenas en el primer toque del balón luego que un jugador decidió rematar al arco en el saque inicial sorprendiendo al guardameta rival y poniendo a celebrar a los suyos.

El tanto se dio en la final de la Scottish Cup, donde los Spartan se enfrentaban al Saint Andrews Boys Club, cuando Louis MacLachlan, de Spartan, esperó apenas el pitazo inicial del árbitro para rematar al arco, encontrando al guardameta rival afuera de su arco, quien solamente atinó a darse la vuelta para ver cómo ingresaba el balón al fondo de las redes.

Este gol ha entrado en concurso con el tanto que marcó Nawaf Al Abed, en el 2009, quien solamente se demoró dos segundos para marcar en un torneo Sub-23 en Arabia Saudita y que está registrado como el más rápido de la historia del fútbol.