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"Fue muy bonito estar en el Madrid". Así empezó lo que parece la despedida de la gran estrella del Real Madrid, Cristiano Ronaldo.

Estas palabras, que dijo tras proclamarse campeón con el Real Madrid en la Champions League por tercera vez consecutiva, sorprendieron a la mayoría de madridistas, incluido al mismísimo presidente del club blanco, Florentino Pérez, los cuales no se esperaban oír esas palabras del delantero luso. Los únicos que no se sorprendieron fueron sus compañeros de equipo. Y eso es porque en las semanas previas al último partido de la temporada, Cristiano Ronaldo no dudaba en contarles a sus compañeros su descontento con el club y de su deseo de abandonar el Real Madrid. Lo confesaba ante lo que para él es una situación que se ha tornado en más que complicada.

Aun sabiéndolo, lo que no esperaban sus compañeros era que lo hiciera público nada más terminar el partido, de ahí el toque recibido de parte de los capitanes y en el mismo vestuario, tal y como adelantó 'MARCA'. Aunque Ronaldo celebro con sus compañeros, muchos de ellos ya piensan que la final de Champions podría haber sido el último partido del luso como jugador blanco.

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Recientemente, el grito de Cristiano Ronaldo ha pasado a un segundo plano tras el inesperado adiós de Zinedine Zidane, pero el problema CR7 continúa ahí, más vivo que nunca. Muchos de sus compañeros ya dan al portugués por perdido, pero en el club están muy tranquilos y, a su vez, enfadados por su actitud. El contrato en vigor y los 1.000 millones de euros de la cláusula de rescisión son las bazas con las que juega la entidad para frenar el deseo del jugador de mejorar su contrato o de un cambio de aires del delantero.

Cristiano ya tiene varios pretendientes sobre la mesa, con el PSG o el Manchester United como posibles destinos. Si esto sucediese, es muy posible que el luso volviese con los diablos rojos, donde empezó a brillar como futbolista. Aun así, otros muchos apuestan a que una vez más todo se queda en fuego de artificio y CR7 seguirá.

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Está claro que Cristiano espera el gesto de un nuevo contrato por parte del Real Madrid, algo que el club todavía no parece muy dispuesto a dar a un jugador de 33 años, pero que temporada tras temporada, increíblemente, mejora su rendimiento. 

Ahora, habrá que esperar a ver como acaba este culebrón del verano, con dos finales posibles: Un final feliz en el que ambas partes se reconcilian o en una en que el jugador se marche definitivamente de la entidad blanca.