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El Barça tiene un serio problema con su masa salarial, tanto que, como hace Marca, es fácil afirmar que a día de hoy está por las nubes y el principal motivo de ellos son las renovaciones de los pesos pesados del vestuario.

El último al que se le ha subido el salario ha sido a Busquets y próximamente le seguirá Rakitic ante el creciente interés del PSG en ficharle, pero lo cierto es que lo que paga el Barça a sus jugadores a día de hoy se eleva a los 588 millones de euros, una cifra exagerada, lo que supone un 84% de los ingresos del club.



La situación es de máximo peligro, el indicador máximo de seguridad se sitúa en torno al 70% de los ingresos del club, situados a día de hoy en 707 millones de euros, el Barça lo supera en 14 puntos, y la cosa va a empeorar con la siguiente renovación.

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El Barça ha llevado durante este último año una política agresiva en cuanto a las renovaciones de sus estrellas. La salida de Neymar hizo cundir el miedo en la directiva del club y han blindado a sus mejores jugadores con salarios astronómicos, especialmente Messi, y ni siquiera las salidas de Mascherano e Iniesta han servido para aliviar la situación salarial.