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Leo Messi tiene un complicado reto por delante esta temporada. Tras la marcha de Andrés Iniesta el argentino es el primer capitán del equipo y coger las riendas de un club como el FC Barcelona no es nada sencillo. Ser el capitán del Barça no es sólo hablar sobre el campo, algo que hace muy bien y donde siempre da la cara, sino también fuera y es ahí donde el argentino suscitó alguna duda. Ya sabemos que Messi no es amigo de los micrófonos y de las cámaras pero al crack argentino no hay obstáculo que se le ponga por delante y ha cogido el toro por los cuernos desde el primer minuto demostrando que puede ser el líder del equipo tanto dentro como fuera del campo.

Las primeras pinceladas de que estaba preparado para asumir la capitanía del Barça ya las pudimos ver en el discurso que ofreció en el Joan Gamper en el que no se olvidó de tres grandes referentes del barcelonismo en los últimos años como Carles Puyol, Xavi Hernández y Andrés Iniesta quiénes han sido sus maestros en esta faceta.

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Su segundo paso lo ha dado convocando la primera cena de la temporada con todos los jugadores de la plantilla. Un gesto muy aplaudido y con el que Messi ha confirmado que también puede liderar al vestuario fuera del campo. Una cena de bienvenidas y de despedidas que encumbra aún más la figura del astro argentino ante sus compañeros que no han dudado de su capacidad de liderazgo en ningún momento. El vestuario sigue a Messi con los ojos cerrados y eso sólo lo consiguen los grandes. Si es verdad que la unión hace la fuerza, esta temporada veremos a un Barcelona más fuerte que nunca en torno a su nuevo capitán.

En el poco tiempo que Messi ha portado al brazalete como primer capitán del equipo ha puesto de manifiesto con estos dos simples gestos que tiene la capacidad necesaria para liderar al Barça fuera del campo. Y si alguno tenía dudas sobre si Messi podría ejercer como primer capitán él solito ya se está encargando de demostrar lo contrario dando ese paso al frente que en ocasiones se le ha recriminado. Messi ha asumido su nuevo papel en el vestuario y los galones del Barcelona le están sentando de maravilla. Él sabe que por delante tiene la tarea de devolver al equipo azulgrana al trono europeo y no le asusta esa responsabilidad. Es más, el Barcelona no podría haber encontrado un mejor capitán para llevar la nave a conquistar nuevos éxitos.

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