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Samuel Umtiti ya no es aquel joven central que prometía ser un jerarca en la defensa del Barcelona y competía el puesto con Mascherano. El francés ha dado un paso hacia delante y se ha consolidado como uno de los mejores defensas del mundo y pugna con Piqué por ser el líder de la zaga culé.

El Mundial, en el que hizo un gran campeonato junto a Varane en el centro de la defensa francesa, fue su confirmación como uno de los grandes defensores de la actualidad.

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El futbolista, que llegó con la cabeza agachada y humildad al Barcelona, ha ido creciendo poco a poco hasta convertirse en lo que es hoy. Sin prisas, sin alzar la voz cuando estaba en el banquillo, el francés se dedicaba a aprender de sus compañeros y a, poco a poco, hacerse un hueco en el once. Era el más potente físicamente y sabía que eso le podía hacer ganar enteros. Ha ido perfeccionándolo y se ha hecho prácticamente infranqueable.

El último paso, antes del Mundial, fue su renovación. El francés sabía que lo venía haciendo muy bien y exigió ciertas condiciones al Barcelona. Estas hicieron que los blaugranas se lo replantearan pero finalmente llegaron a un acuerdo. El futbolista renovó e hizo un Mundial excelente. Ahora ha empezado la temporada a su mejor nivel y dispuesto a hacerse valer.