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El central azulgrana no encajó bien una decisión arbitral complicada de interpretar como fue la roja directa a su compañero en el eje de la zaga. En el túnel de vestuarios, antes de la segunda parte, discutió con el colegiado de la contienda y le recordó su trayectoria.


Gerard Piqué tuvo una noche de contrastes en el empate (2-2) ante el Girona, correspondiente a la quinta jornada de LaLiga. Todo empezó bien, con un tanto de Lionel Messi que adelantó a los locales, pero la expulsión de Clément Lenglet tras revisar la jugada con el videoarbitraje comenzó a torcer la noche. Unos minutos más tarde llegaría el tanto del empate, obra de un Christian Stuani que se le anticipó con un control orientado y envió el balón al fondo de las mallas antes del descanso.

En el momento de volver para jugar el segundo tiempo, se apreció una conversación entre Jesús Gil Manzano y el zaguero azulgrana, donde discutían sobre la acción que dejó a los locales en inferioridad numérica. Gerard Piqué reclamaba la involuntariedad del gesto de su compañero y le recordaba anteriores decisiones que habían perjudicado al FC Barcelona desde su debut en la máxima categoria, en 2012. 

La segunda parte comenzó con otro error del central, que no midió bien al entrar y originó una jugada que terminó siendo el 1-2. Con un hombre menos y por debajo en el marcador, el de la Ciudad Condal subió al ataque y firmó el definitivo 2-2 con un gran cabezazo que permitía a los azulgrana sumar un punto para conservar el liderato. Ahora comparte el mismo con el Real Madrid empatando a 13 puntos.

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