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El FC Barcelona consiguió una cómoda victoria por 2-0 ante el Inter de Milán, que regresaba al Camp Nou con el recuerdo de la última vez que lo pisó en el que los italianos consiguieron eliminar al club blaugrana con Mourinho como entrenador. En esta ocasión los locales hicieron un partido solvente en el que incluso pudieron ganar por algún gol más de diferencia.

Y es que ocasiones tuvieron, sobre todo mediante un Luis Suárez que ante la ausencia de Messi no pudo marcar. Precisamente el uruguayo protagonizó, junto con Brozovic, el detalle del partido en una falta. Suárez se dispuso a patear el tiro libre ya que Messi no estaba e intentó ejecutar una pillería. No obstante, Brozovic evitó el gol de una manera muy poco ortodoxa pero muy efectiva.

En este sentido, lo que intentó el ariete fue ejecutar la falta con un tiro raso por debajo de la barrera. No obstante, no es la primera vez esta temporada y en cursos anteriores que hemos visto a este Barça marcar goles así y Spalleti a buen seguro que trabajó esta situación. Es por esto que el centrocampista croata Brozovic decidió colocarse detrás de la barrera y cuando vio que Suárez se disponía a lanzar se tiró al suelo para tapar el hueco que dejaron sus compañeros al saltar, evitando finalmente que pasase el balón.

Lo cierto es que los tiros a balón parado son una de las grandes especialidades del conjunto catalán y cada vez más rivales se las ingenian para evitar los goles, ya que normalmente sólo los porteros no logran repelerlos. Un ejemplo parecido lo vimos cuando el Barça se enfrentó al PSV, en el que fue el 'Choco' Lozano el que se colocó de rodillas detrás de la barrera. Y más insólito fue lo que puso en práctica Berizzo con el Athletic de Bilbao, al colocar a De Marcos cerca del palo para despejar de cabeza el tiro de falta de Messi en una jugada más propia de un videojuego que de la realidad.