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River Plate está en la gran final de la Copa Libertadores de América y ya palpita el super duelo ante su rival de siempre: Boca Juniors.

El equipo de Marcelo Gallardo tuvo un mérito enorme: sacar chapa ante la adversidad, ya que arrancó en desventaja el encuentro de anoche y tuvo el carácter para torcer la historia. Sin embargo, también hay que hablar de las jugadas polémicas que tuvo tanto el encuentro de ayer como los enfrentamientos anteriores.

Primero se debe hacer mención a lo ocurrido con Bruno Zuculini, quien estaba suspendido por la CONMEBOL y disputó todos los partidos de esta edición con la sanción a cuestas. El mediocampista debía dos fechas de su paso por Racing en 2013, y justamente actuó ante la Academia en los octavos de final de la presente edición. 

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Tanto Jonathan Requena del Deportes Temuco (ante San Lorenzo) como Carlos Sánchez del Santos (frente a Independiente) habían estado mal incluídos y el reclamo de los clubes argentinos tuvo efecto, pero no ocurrió lo mismo con River.

Ocurre que sólo Ignacio Fernández tenía "1 partido de suspensión pendiente de cumplimiento" según la carta que había recibido el vicepresidente del club de Nuñez, Jorge Brito, por lo que queda la polémica sobre si estuvo bien tomada la decisión de sólo sancionar al futbolista y no a la institución con un 0-3.

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Luego nos encontramos con la jugada de Javier Pinola ante Martín Benítez en el partido de vuelta entre el Millo y el Rojo en el Monumental, por la vuelta de los cuartos. El defensor le aplicó un planchazo dentro del área al delantero, cuando el marcador aún no se había abierto. No se usó el VAR y el árbitro tampoco cobró, y luego el conjunto del Muñeco terminaría ganando el encuentro y la serie.


Por último, lo ocurrido anoche en Porto Alegre. Rafael Santos Borré convirtió el gol del empate con la mano, y el árbitro Andrés Cunha no lo sancionó ni fue ayudado por sus asistentes. Sí lo hizo con la mano de Bressan, defensor del Gremio, de la que ningún futbolista Millonario se había percatado.

Bonus track: Marcelo Gallardo violó el reglamento y se metió en el vestuario cuando no podía hacerlo. Si bien no tiene nada que ver con lo que ocurre dentro del campo de juego, viene al caso marcarlo.