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Parece que está de moda eso de recrear a los ídolos futbolísticos en forma de estatuas, homenajear a jugadores de la élite como si fuesen generales romanos, senadores griegos o dioses de cualquier religión antigua, retratarlos en bronce o cualquier otro material escultórico para crear un recuerdo imborrable. Sin embargo, últimamente, ese recuerdo está pasando a ser más bien una pesadilla.

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Este afán por recrear a los futbolistas en forma de estatuas está más cerca de las figuras de cera del Museo de Cera de Madrid que de las detalladas esculturas de la antigüedad, pasando de ser arte a convertirse en el foco de bromas y risas en las redes sociales por su escaso parecido a la realidad. Si hace unos años fue la desafortunada representación del rostro de Cristiano Ronaldo la que genero polémica, en los últimos días ha sido el egipcio Mohamed Salah quien ha recibido el dudoso honor de ser convertido en estatua.

En la figura, que ha sido presentada en el Foro Mundial de la Juventud de Sharm el Sheikh, una de las principales ciudades del sur de Egipto, respresenta al jugador del Liverpool con los brazos abiertos, imitando una de sus celebraciones más reconocidas. El icono del fútbol egipcio de los últimos años poco se parece al propio Mohamed Salah de carne y hueso. El rostro de la estrella de Anfield difiere en gran medida con el representado en su nueva estatua. Digamos que una cabeza tan desproporcionada respecto al cuerpo hace que sea más una caricatura que una muestra fidedigna del jugador.

Las redes sociales han sido las primeras en hacerse eco de la creación y el egipcio se ha convertido en el nuevo hazmerreir. Por suerte para Salah, él no es el primero, se une al ya mencionado astro portugués y a otros jugadores como Radamel Falcao o Gareth Bale, que también cuentan con representaciones de ellos mismos un tanto desafortunadas