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Cuando las cosas van tan bien dentro de un club, es fácil que cualquier pequeño gesto, cualquier detalle, sea el que suponga una mancha, un fallo que corregir. Eso mismo debió pensar Pep Guardiola al finalizar el partido del domingo entre Manchester City y Manchester United cuando reprendió a su jugador Raheem Sterling, acaparando la atención de todas las miradas presentes y también de las cámaras, que lo mostraron al resto del mundo.

Los 'Citizens' acababan de imponerse por tres goles a uno a su máximo rival histórico en una auténtica exhibición de fútbol en el Etihad Stadium. David Silva, Sergio Agüero e Ilkay Gündogan fueron los encargados de hundir a los 'Red Devils', que solo consiguieron anotar desde el punto de penalti en un encuentro en el que solo dispararon una vez a puerta. Con este triunfo, los chicos de Pep Guardiola mantienen su imbatibilidad y el liderato de una Premier.

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Una Premier League que se les escapa a los de Old Trafford al ver a sus vecinos doce puntos por encima, seguidos de Liverpool y Chelsea. Sin embargo, el protagonismo al final del encuentro no fue esta vez para José Mourinho, que no debió tener ánimo ni para dirigirse a la grada y generar su enésima polémica, sino para Pep Guardiola. El técnico de Sampedor dejó una de las imágenes del fin de semana al recriminar airadamente una acción a su pupilo Raheem Sterling.

El extremo inglés había sido una de las figuras del choque, pese a no conseguir marcar, y en los últimos minutos, con todo ya resuelto, quiso deleitar a sus aficionados con alguna filigrana. Este detalle no sentó bien a sus rivales y fue Juan Mata el primero en increparle por su acción ante la incrédula mirada del '7' del City.

Segundos más tarde llegó el pitido final del colegiado y, mientras los jugadores se saludaban y retiraban hacia los vestuarios, Pep Guardiola se dirigió a Sterling mostrando su enfado por lo sucedido. El entrenador, señalando a los jugadores rivales, dejó claro a su jugador que no quería ver más ese tipo de comportamientos, y posteriormente ambos terminaron abrazados, zanjando la bronca y con la felicitación de Guardiola al futbolista por su rendimiento en el resyo del encuentro.