Skip to main content

Gonzalo Higuaín es un delantero espectacular. Gracias a su innegable categoría para moverse dentro del área y su facilidad para convertir goles es que lleva tanto años en la élite del fútbol mundial, aunque su carrera está marcada por fallar en momentos cúlmines.

Primero repasemos lo que ocurrió ayer. El Pipa tenía un partido especial con la camiseta del Milan ya que se enfrentaba a uno de sus ex equipos, la Juventus, institución de la que tuvo que marcharse por no contar con los minutos deseados.

Con el partido 0-1, el Rossonero tuvo un penal a favor y el propio goleador se hizo cargo de la ejecución, pero lo falló. Corrían 40 minutos del primer tiempo y el futbolista surgido en River Plate empezaba a entrar en desesperación.

fbl-ita-seriea-ac-milan-juventus-5be9b7891c01f8efa4000013.jpg

Sin embargo, lo peor ocurriría después. A falta de siete minutos para el final, Higuaín se fue expulsado por doble amarilla, la primera por una falta y la segunda por protestar.

Sin poder creerlo, quiso ir a reclamarle al árbitro de forma desesperada, pero lograron calmarlo, y se fue llorando al vestuario entre lágrimas. Blaise Matuidi, uno de sus ex compañeros, lo fue a consolar mientras se retiraba, en una imagen que quedará para el recuerdo.

Pero no perdamos el foco: la carrera del Pipa se caracteriza por tener malos tragos en momentos clave. Sin ir más lejos, sus recuerdos con la Selección Argentina en dichas instancias son casi todos negativos, ya que todo el mundo recuerda los goles que falló en las últimas tres finales que disputó el combinado nacional: la del Mundial 2014 ante Alemania y las de las Copas América de 2015 y 2016, ambas ante Chile.

Que tiene bien merecido su lugar como uno de los delanteros más peligrosos del mundo nadie lo duda, pero también hay que decir que en muchos de los partidos importantes, definitorios o con condimentos especiales, la cabeza del "9" actúa de otra manera, y lo lleva a bloquearse y casi nunca rendir. Una pena, pero una realidad...