El festejo post partido de Gallardo no implica que River se sienta campeón de la Copa Libertadores

Terminó el partido en la Bombonera y en el Monumental no solo estaban los hinchas que se habían juntado a ver el partido. Allí también estaba Marcelo Gallardo,
El festejo post partido de Gallardo no implica que River se sienta campeón de la Copa Libertadores
El festejo post partido de Gallardo no implica que River se sienta campeón de la Copa Libertadores /

Terminó el partido en la Bombonera y en el Monumental no solo estaban los hinchas que se habían juntado a ver el partido. Allí también estaba Marcelo Gallardo, viendo a sus jugadores desde la concentración, sin poder tener comunicación con su cuerpo técnico y viviéndolo de una manera insólita para él.

Justo en la final de la Copa Libertadores. Justo en el Superclásico contra Boca. Terminó el partido y su primera reacción fue salir a desahogarse con los hinchas. Se lo vio sonriente, se lo vio con confianza, pero sobre todas se lo vio tranquilo.

"En la cancha de River vamos a ganar y la vuelta vamos a dar", gritó como un hincha más. También miró a los hinchas. Les sonrió y los acompañó en otros típicas canciones de cancha. ¿Sentirse campeón por eso? Para nada.

Gallardo es un motivador nato. Gallardo sabe contagiar a su gente. Así lo hizo en cuartos de final, cuando arengó al estadio para lograr la remontada contra Independiente. Así lo hizo en semifinales, cuando decidió bajar al vestuario a pesar de estar suspendido y levantar a sus jugadores.

"Con nuestro público a favor, que se va a hacer sentir y mucho, con los jugadores totalmente mentalizados en que esta Copa no se nos puede escapar en casa, desde ese factor creo que va a ser positivo", dijo el entrenador en el 2015 tras el empate 0-0 contra Tigres en México. Siempre fue así, es una persona convencida y seguramente quiera transmitir esas energías a sus jugadores y a los hinchas.

Un rato después, llegaron los jugadores y fueron recibidos por su gente. La misma que los había despedido y que los acompañó tanto sábado como domingo. Ellos fueron a agradecerles y los futbolistas se lo merecían. Lograron un buen empate en la Bombonera, tras ir perdiendo en dos ocasiones. No tuvieron a Ponzio, su capitán, ni a su entrenador. Pero demostraron ser hombres y sacaron el partido adelante. ¿Si el resultado no se daba? Seguramente los hinchas también hubieran estado. Los antecedentes lo demuestran y todos saben que a River jamás hay que darlo por muerto.

Sobrarán las chicanas y no faltarán los que quieran instalar que River ya se siente campeón. Son los mismos que aseguraron que iban a ganar de local, que le iban a "romper el culo" a los de Gallardo y los que dijeron que en una final le ganarían hasta a Francia.

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Image by Eitan

Quedan 90 minutos. 90 minutos para la gloria eterna. 90 minutos para marcar un antes y un después en la historia del Superclásico. Pero faltan 90. Y en Núñez nadie se siente campeón.


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