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El ex jugador brasileño fue asesinado en el pasado mes de octubre siendo involucrado, presuntamente, en un escándalo sexual. Se encontró su cuerpo mutilado entre matorrales, con la cabeza prácticamente desprendida y su zona íntima cortada. Uno de los cómplices ha diferido de la versión del resto, revelando la suya para el diario Globo.


Daniel Correa Freitas era una joven promesa de Botafogo cuando llegó al Sao Paulo en 2015 con 21 años. No despuntó en sus dos primeras campañas y pasó como cedido por Coritiba y Ponte Preta, además de un último préstamo a Sao Bento en junio, donde jugó 35' repartidos en dos encuentros de la Série B, antes de ser asesinado. 

Todo sucedió en el 18º cumpleaños de Allana Brittes, hija del empresario Edison Brittes Júnior y Cristiana Brittes, su esposa. La fiesta en la casa de la familia tuvo un momento donde el ex jugador y la madre de la que cumplía la mayoría de edad estuvieron en la misma cama, tal y como demuestran las fotografías que él envió a un amigo. Ahí fue descubierto por el marido y castigado por ello, sin poder responder por sus niveles de ebriedad, hasta la muerte, escenario reconocido por el mismo implicado.

Edison sostiene que Daniel intentó violarla, algo que está pendiente de ser demostrado en el juicio. Su cuerpo terminó en una zona de arbustos a unos 30 metros de la casa, con cortes profundos en el cuello, la testa prácticamente despegada del cuerpo y sus genitales mutilados.


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Con el paso de los días, las autoridades detuvieron a otros cuatro presuntos implicados a los que las investigaciones apuntaban, entre ellos Eduardo Henrique da Silva. Su versión es la única que difiere de los tres cómplices. Relata, en declaraciones para el diario Globo, que la intención inicial de Edison Brittes era mutilar al ex jugador y dejarle el miembro viril dentro del cuerpo. No obstante, por el camino habría visto las fotografías con su esposa en la cama y eso le habría llevado a decidir que le mataría, procediendo a cortarle parcialmente el cuello, según la explicación de Eduardo. Sostiene que los cómplices no ayudaron más que la mutilación de su órgano sexual, rechazando la petición del mismo Brittes para terminar con la vida de Daniel.

Conforme pasen los días debería irse aclarando este oscuro episodio que tanto nivel mediático está teniendo en Brasil. Queda por demostrar si realmente Cristiana estaba siendo forzada a mantener relaciones sexuales y si la versión del cómplice termina siendo considerada la válida por encima de la de los demás implicados.

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