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La web francesa Mediapart, es uno de los medios que está desvelando los informes que destapa Football Leaks, esta vez le ha tocado al presidente del Mónaco, el magnate ruso Dmitri Rybolovlev, que a su vez ha sido imputado por corrupción en ese Principado.

En los papeles que han salido a la luz recientemente se puede leer cosas como que en 1997, el presidente del Mónaco fue acusado de participar en el asesinato de uno de sus socios, tras ser involucrado como presunto suministrador de las armas utilizadas en el crimen. Pero finalmente fue absuelto por falta de pruebas ante este delito.

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Rybolovlev, ocupa el puesto 242 de la lista Forbes de hombres más ricos del mundo, su fortuna asciende a unos 6.000 millones de euros, aunque muchos creen que puede ser mayor, esta fortuna se debe gracias a sus inversiones en Uralkali, un gigante mundial de extracción y exportación de potasa.

Abandonó esta empresa en 2010, cuando tenía en su posesión el 75% de ella y tras un desastre ambiental causado por el derrumbe de una mina. A lo largo de su vida, el multimillonario no se ha preocupado por el dinero que gastaba, incluso ha sido relacionado con Donald Trump, llegando a sospechar la justicia estadounidense que podría haber sido uno de los millonarios rusos que habrían invertido en su elección como presidente de los Estados Unidos. 

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Al mismo Trump le compró en 2008 una villa en Florida por 95 millones de euros, este precio era superior al que valía la villa, unas cuatro veces más. Entre sus compras más llamativas se encuentra un Airbus A319 (55 millones de euros), el loft más caro de Nueva York para su hija (88 millones), un yate para otra de sus hijas (80 millones) y por último una isla griega (100 millones).

Los informes también desvelan que el presidente del club monegasco es un `paranoico´ de la seguridad, y el claro ejemplo es que nunca llega a comer un yogurt que no haya sido abierto por él mismo, no bebe agua de una botella sin precinto u otras de sus medidas es hacer que alguien visite sus restaurantes favoritos una hora antes de que él vaya a comer en ellos.

En cuanto a su relación estrecha con el fútbol, Rybolovleven ya intentó en 1990 comprar el Servette suizo, e incluso en 2016 comprar el New York Red Bulls. También se ha descubierto que en 2015 contrató un entrenador para saber darle al balón, ya que el fútbol nunca ha sido una de sus habilidades.