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Rabiot lleva en la agenda del Barça mucho tiempo, no solo desde el verano pasado, que es cuando más sonó su fichaje, sino desde incluso edad juvenil, allá por 2014, como así confirmó en su momento el diario Sport.

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Ahora está más a tiro que nunca, su contrato se acaba en junio del año que viene y en apenas mes y medio, el jugador podrá negociar con el Barcelona sin que acarree sanción alguna para el club. Pero, entre medio, está el PSG y es un obstáculo difícil de saltar. Al parecer, el club parisino podría finalmente colmar las aspiraciones del jugador y llegar a ofrecerle 10 millones de euros que pide.


Por eso el Barça debe darse prisa e intentar cerrar el fichaje del jugador. El Barça lleva varias temporadas intentando cubrir el centro del campo con la llegada de varios jugadores. Cuando se acerca a por algún jugador la respuesta es siempre la misma: si lo queréis, os va a salir muy caro. Así pasó con Coutinho y así pasará con De Jong si van finalmente a por él. Con Rabiot la historia es distinta, si lo convencen, el PSG no pinta nada - no convenció al jugador en su momento y ahora le toca perderle - por lo que se ahorrarían el precio del jugador, que visto como está el mercado no saldría barato, y de paso podrían colmar las expectativas económicas de Rabiot.

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Pero el fichaje entraña algo más, no es solo reforzar el puesto con un jugador gratis, sino devolverle la moneda en cierto modo al PSG después de lo que pasó el año pasado con Neymar. Rabiot es, por así decirlo, el gran proyecto de jugador surgido de la cantera del club, y que se vaya al Barça no calaría bien entre la afición parisina. Por eso es el momento, porque el Barça no solo no paga, sino que además se cobra su venganza