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El Real Madrid sigue trabajando para salir de la crisis en la que está inmerso. Se fue Lopetegui y llegó Solari con ánimo de cambiar muchas cosas. No obstante, la reciente derrota ante el Eibar certifica que el técnico argentino debe trabajar muy duro todavía para salir de esta dinámica. Y es que el Madrid actualmente es el segundo equipo más goleado fuera de casa por detrás del colista Huesca.

Lo que sí ha cambiado Solari, no sabemos si voluntaria o involuntariamente, es la suerte del Madrid con los palos. Si antes los bancos eran los que acumulaban tiros al poste sin acierto, ahora estos parecen haberse aliado con el conjunto merengue. Tras los primeros cinco partidos al mando de la nave blanca, el Madrid ha acumulado cinco postes en contra que sirvieron para salvar al equipo. Salvo ante el Melilla, Solari ha recibido al menos un disparo al palo en contra desde que llegó.

El primero se produjo en el encuentro de Liga ante el recién ascendido Valladolid. El conjunto vallisoletano dejó una muy buena imagen en el Bernabéu ante un Madrid con dudas que recibió dos tiros al palo cuando el partido iba empate a cero que pudieron dejar un resultado muy diferente. Finalmente apareció Vinícius con aquel tiro que desvió un jugador rival para dar los tres puntos a su equipo. 

Después llegó el encuentro que disputó el Madrid ante el Viktoria Plzen en Champions League. Pese a que aquel choque acabó finalmente con 0-5 en el marcador, los locales tuvieron la oportunidad de adelantarse en el marcador cuando el encuentro también estaba igualado en el marcador, pero el disparo lo rechazó Nacho y se estrelló en el larguero de la portería de Courtois. Un gol que sin duda podría haber cambiado la dinámica de aquel partido. Y en Balaídos el Madrid también se salvó con otro disparo al palo del Celta de Vigo. La madera impidió un gol de Cabral a la salida de un córner, poco antes del 0-1 de Benzema.

Por último, este pasado sábado el Madrid recibió su quinto poste después de un tremendo disparo desde fuera del área de Kike García que desvió Courtois con la yema de los dedos. En este caso no sirvió más que para evitar una derrota por un margen mayor de goles, ya que los de Solari no dieron la talla y ni siquiera consiguieron batir al portero contrario. Aún así, ha quedado demostrado que Solari también tiene flor al igual que Zidane en su día.