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El partido de ida entre River y Boca terminó con una sensación de que los dirigidos por Marcelo Gallardo se encaminaban a lograr el título. Si bien quedó atrás en el tiempo, vale recordar a los jugadores del Xeneize siendo insultados por Carlos Tévez con la frente alta, mientras que en Núñez había un clima festivo. El desahogo de Gallardo junto a los hinchas en el Monumental, el recibimiento a los jugadores y las energías que habían en Núñez.

River tenía todo para lograr su cuarta Libertadores. Definía en el Monumental, junto a su gente y la ilusión era mucha. Todo se derrumbo tras los incidentes con el micro de Boca y la resolución de la Conmebol cambió todo.

River perdió la opción de ser local y ahora se jugará en estadio neutral. El Santiago Bernabéu tendrá hinchas de River y Boca y todo lo que ocurrió en el partido de ida ya quedó en el pasado. 

Una de las ventajas que saca Boca es en el estado físico de los jugadores y en el recambio que tendrá Guillermo Barros Schelotto. Pavón se recuperó de su desgarró, mientras que River viene complicado. Borré está suspendido, Scocco sigue sin estar al 100% y Juan Fernando Quintero y Rodrigo Mora arrastran molestias.

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Esta claro que a River nunca hay que darlo por muerto, pero en estos momentos se percibe una leve ventaja para Boca. Esta claro que en la previa y que la verdad estará en los 90 minutos del Bernabéu