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La presente temporada de Gareth Bale está siendo igual de gris que la del resto de su equipo. El galés estaba llamado a ser el sustituto de Cristiano Ronaldo en el Real Madrid, el que tirase del carro una vez fue traspasado el portugués a la Juventus. Sin embargo, ni mucho menos está ejerciendo de líder, ni está siendo decisivo, sino que estamos viendo más de lo mismo y la paciencia que se tenía en él ya se ha agotado por completo.

Esta pasada noche el periodista Eduardo Inda lanzaba una de sus habituales 'exclusindas' en El Chiringuito de Atresmedia. El colaborador afirmó que Florentino Pérez pretende vender al galés el próximo verano por 180 millones de euros. Lo cierto es que ha llegado la hora de escuchar ofertas por el extremo y si llega una buena desprenderse de él para poder fichar a Hazard o cualquier otro futbolista más fiable.

Y es que Bale no parece progresar ni tiene intención de ello. Para empezar, el futbolista lleva en la capital española cinco años desde que aterrizase en 2013 procedente del Tottenham y no se ha molestado en hablar en castellano. SI bien es cierto que el fútbol es universal y traspasa la barrera del idioma, es un detalle que no ha pasado desapercibido en la casa blanca.

Dentro del campo, lo que más se le achaca es su actitud, sobre todo a la hora de defender. El galés ayuda demasiado poco a sus compañeros en tareas defensivas, y pocas veces hemos visto un encuentro completo en el que corriese también hacia atrás. A menudo el rival encuentra superioridad por su banda y crea mayor peligro. A eso hay que añadirle su intermitencia en ataque. Mientras que en ocasiones aparece de vez en cuando para asistir o marcar, en otras simplemente se le ve pasearse por el campo ausente.

A todo esto hay que añadir su historial con las lesiones. Desde que llegó al Madrid acumula más de 15 lesiones musculares que le han hecho perderse multitud de partidos y no poder tener la continuidad que necesitaba. Sus tobillos, sus aductores y su espalda son las zonas más afectadas en un jugador que ya tenía fama de ser 'de cristal' cuando fichó por el club merengue. Este curso ya lleva dos lesiones menores que le han hecho no poder estar presente en varios encuentros.

Es cierto que Bale ha dado también grandes momentos al madridismo. Así a bote pronto se recuerda aquella galopada por la banda que terminó en gol en una final de la Copa del Rey ante el mejor Barça o sin ir más lejos la exhibición que dejó en la pasada final de la Champions frente al Liverpool, con dos goles, uno de ellos de preciosa chilena que ya es considerado como uno de los más bonitos de la historia de la competición. Pero sus exhibiciones se cuentan con los dedos de una mano y tras cinco temporadas y media no parece que vayamos a ver más de lo que hemos visto hasta ahora.

En definitiva, la etapa de Gareth Bale con el Real Madrid debe llegar a su fin. En el club merengue lo ha ganado todo y tanto él como el equipo blanco necesitan nuevos retos. Y ahora que todavía quedan resquicios de lo que sucedió en la pasada final de la Champions es el mejor momento para sacar la mayor rentabilidad con su venta.