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La llegada de Jeison Murillo al Fútbol Club Barcelona ha sido tan rápida como extraña: en escasos dos días se ha pasado del rumor de una posible llegada a la oficialidad de la misma por parte del club blaugrana. Aunque era de esperar que en Can Barça buscasen un nuevo central en este mercado de invierno, resulta difícil de entender que se fijasen en el zaguero del Valencia, y más aún que los chés le dejasen salir.

El colombiano llega a Barcelona a sus 26 años como un central con mucha experiencia en España. Murillo llegó siendo joven a España desde su Colombia natal. El Granada le acogió y le cedió primero al Cádiz en Segunda División B y después a Las Palmas, en Segunda, para que aumentase su rodaje en nuestro país. En ambos equipos se hizo indiscutible y con los canarios llegó a disputar los octavos de final de la Copa del Rey y el PlayOff de ascenso a Primera División.

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Su gran temporada en Las Palmas le llevaron de vuelta a Granada y se instauró como titular con todos los entrenadores que pasaron por el equipo andaluz en las dos temporadas que estuvo. Tanto Lucas Alcaraz como Abel Resino le calificaron como un central muy completo y halagaron sus virtudes. Y eso le llevó a fichar por el Inter de Milan, un gran salto de calidad hasta la élite del fútbol europeo. La pasada temporada llegó a Valencia, donde no tuvo nada de protagonismo al sufrir dos lesiones, y esta campaña había disputado tres encuentros a las órdenes de Marcelino, que le tenía como cuarto central.

Teniendo en cuenta este 'background' se puede entender un poco más la decisión de Ernesto Valverde de incorporar a Murillo a la disciplina azulgrana. El técnico extremeño llegó al club sin ninguna exigencia más que la llegada de un central, Íñigo Martínez era su mayor deseo pero terminó llegando Yerri Mina, y también terminó marchándose. Ahora, con la lesión de Vermaelen en el Ciutat de Valencia y la incógnita en torno a la recuperación de Umtiti, era vital el fichaje de un nuevo central.

Desde el club se habían mantenido contactos con defensas veteranos pero Valverde pidió a Murillo, que finalmente ha llegado como cedido a cambio de dos millones de euros y con una opción de compra a final de temporada que probablemente el Barça no ejecute. El colombiano llega un parche para ese hueco que ha quedado en la defensa culé, un espacio que en verano esperan tener cubierto y reforzarlo con un joven como Matthijs de Ligt o Andreas Christensen, que supondrían un relevo generacional.

Al final ha sido una operación en la que todas las partes aparentemente salen ganando: el FC Barcelona ha conseguido su central, que espera le dé buenos resultados; el Valencia se ha deshecho de un jugador que no contaba para Marcelino y ha hecho hueco para la llegada de otro nuevo: y Murillo tendrá todos esos minutos de los que no disfrutaba antes con el objetivo de recuperar su nivel de forma y aspirar a volver a la Selección colombiana para la Copa América del próximo año, tras quedarse fuera del Mundial de Rusia.

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Sin embargo, la operación no ha convencido por completo en Barcelona ni en Valencia. Los aficionados culés esperaban un fichaje estelar, como el que podría llegar en verano, y en Valencia son muchos, incluso periodistas, los que se extrañan y critican a Marcelino por la salida del colombiano. Si bien es cierto que Murillo no contaba con minutos, la calidad del zaguero cafetero es indudable y probablemente en su mejor nivel de forma fuese el mejor central del equipo ché. Pero ahora todo eso es pasado, ahora este 'parce' ha llegado a Barcelona de parche.