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Domingo 23 de diciembre a las 16:44 de un día soleado, las ruedas del avión que traía al plantel de River tocaron el suelo argentino, trayéndonos por fin a los Campeones de América de vuelta a casa.

La última vez que el plantel millonario había estado en el país, la angustia y la incertidumbre seguían reinando la cabeza de todos los amantes del fútbol. "¿La final en Madrid? ¿Pesará lo mismo? ¿Los jugadores estarán concentrados? ¿SE VOLVERÁ A SUSPENDER?" eran algunas de las preguntas que nos hacíamos todo el tiempo. La realidad es que, varias semanas más tarde, los jugadores y cuerpo técnico regresan al país con una sonrisa conforme que anula todas esas preguntas.

Desde aquél gol del minuto 121, en el que Gonzalo Martínez corrió toda la cancha para liquidar la final, los hinchas de River ansían este momento. Según anunció el club, entre las 18 y las 23 van a haber festejos en el Estadio Monumental, pero los hinchas no se aguantaron la ansiedad  y se ocuparon de teñir toda la ciudad de Buenos Aires de rojo y blanco, desde Núñez hasta Ezeiza.

El equipo perdió la posibilidad de jugar contra el Real Madrid, pero eso parece haber quedado en el pasado. Los millonarios todavía no pueden sacarse de retina ninguno de los 3 goles en el Bernabéu (ni el gesto de Benedetto al convertir el suyo). No hay nada que pueda amargar el paladar gallina, hoy la banda está de fiesta.