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Este pasado miércoles se disputó una nueva jornada de la Serie A en la que sin duda el partido más destacado fue el Inter-Nápoles celebrado en San Siro. Sin embargo, lo que parecía que iba a ser una fiesta acabó convirtiéndose en un acto trágico y vergonzoso. Y es que se sucedieron varios acontecimientos muy graves tanto dentro como fuera del campo, que empañaron el partido.

El más polémico durante los 90 minutos y que se produjo dentro del terreno de juego fue el feo gesto que tuvieron algunos aficionados del Inter de Milán, que se metieron con el franco-senegalés del Nápoles, Kalidou Koulibaly, lanzando al jugador insultos de todo tipo y entonando cánticos racistas.

No ayudó para nada la actuación del colegiado del partido, que en vez de parar el encuentro decidió expulsar al futbolista por doble amarilla. Al parecer, Koulibaly se vio afectado por estos insultos, tal y como confirmó Carlo Ancelotti tras el encuentro. "Hemos pedido tres veces que se suspendiese el partido. Koulibaly estuvo agitado y nervioso por esos cánticos y eso no fue bueno para nosotros, ni tampoco lo es para el Calcio", declaró.

El propio Koulibaly quiso expresar su opinión en las redes sociales y se sintió muy orgulloso del color de su piel y de sus raíces senegalesas. 

El otro grave suceso se produjo en las inmediaciones del estadio de San Siro, donde cuatro aficionados visitantes fueron apuñalados antes del comienzo del encuentro. Tres de ellos sólo presentan heridas leves, pero el restante tuvo que ser trasladado al hospital y se encuentra grave por una herida profunda en el abdomen.

La fiesta que suponía el Boxing Day en Italia terminó empañado por la violencia y la estupidez de los aficionados. Una jornada tristísima.