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A Boca le sobran jugadores en todos los puestos del campo de juego menos en la zona del medio, ya que las mayores figuras podrían irse del club en las próximas semanas.


Después de un pálido 2018, en Boca hubo un fuerte cambio de aire: Angelici tomó la decisión que todos esperaban y no le renovó el contrato a Guillermo. Sumado a eso, el presidente trajo a Burdisso y a Matellán (mánager y secretario técnico, respectivamente) que se harán cargo del fútbol profesional y juvenil. Ellos eligieron a Alfaro para hacerse cargo del equipo e incluso tendrán potestad para elegir al capitán. 

Al igual que en los últimos años, Alfaro cuenta con muchos jugadores por posición. Al día de hoy (y sin contar a los presuntos refuerzos) tiene tres laterales por banda. En la zaga central cuenta con Junior Alonso, Izquierdoz, Balerdi y Goltz. Tiene dos centro delanteros con nivel internacional (Benedetto, Zárate y Wanchope Ábila) y extremos con experiencia que pueden complementarse y mostrar un alto nivel (Villa y Pavón). Además de eso, Lechuga puede contar Tévez en cualquier parte del ataque.

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Pero el mayor problema que tiene el nuevo entrenador es que cuenta con sólo cuatro mediocampistas y ninguno tiene asegurado su permanencia en Boca. Sin contar a Gago y a los más jóvenes, el DT tiene a disposición a Wilmar Barrios, Nahitan Nández, Pablo Pérez y Bebelo Reynoso. Todos los nombrados manejan propuestas para dejar el club y probablemente lo hagan: como mucho uno o dos de ellos continuarán en el plantel. Alfaro tiene la posibilidad de buscar nuevos jugadores que suplan la necesidad del equipo o rascar en las inferiores y descubrir nuevas estrellas. Sea lo que sea, si Boca no suple el vacío que tiene en la mitad de cancha, de nada le sirve una delantera y una defensa tan lujosa.