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El FC Barcelona es hoy más líder que nunca de LaLiga Santander tras el empate entre el Sevilla y el Atlético de Madrid y la derrota del Real Madrid. Los azulgranas caminan con paso firme en su objetivo de conquistar nuevamente el título de Liga y han doblegado a todos sus rivales directos en la pelea por ese título. Sin embargo el Barça también ha mostrado su cara más débil y la gran incógnita es si con lo que está haciendo en el campeonato doméstico será suficiente para reconquistar el trono en Europa.

La Champions es el gran objetivo y la mayor obsesión azulgrana para esta temporada, pero viendo la solvencia del Liverpool, el Manchester City o la Juventus en cada uno de sus partidos es normal que entren ciertas dudas. Con el Leganés y con el Rayo Vallecano ya se le vieron las costuras a este Barça, que mostró una fragilidad defensiva y cometió errores incomprensibles. Ayer ante el Getafe, aunque ganó el partido, no fue el equipo fiable que debería ser un aspirante a ganar la Champions. No es que el Barça sea un desastre y le deje una autopista a sus rivales o hiciera un mal partido pero el equipo azulón puso en varios aprietos a la defensa azulgrana y pudo llevarse algún punto. Y esa misma situación ante Salah, Agüero, Cristiano Ronaldo y compañía puede ser mortal para el Barcelona.

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Hace apenas cinco días Manchester City y Liverpool nos ofrecieron un partido espectacular en el que cada equipo fue capaz de anular las mejores virtudes del rival sin mostrar debilidad alguna, y al Barça ya le hemos visto que él solo se basta y se sobra para exponer sus propias carencias sobre el terreno de juego.

Aún así no hay por qué alarmarse, el Barcelona sigue mejorando día a día, pero este equipo con los jugadores que tiene y que aspira a ganar todos los títulos siempre hay que exigirle más, prácticamente la perfección, y que no de opción al rival. Ante el Getafe no fue capaz de cerrar el partido y el resultado peligró en más de una ocasión. Si le dan tantas facilidades al rival puede que algún día no les salga bien la jugada y se lamenten el no haber sentenciado antes los partidos.

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El recuerdo de Roma aún perdura en la cabeza de más de un barcelonista, pero todavía falta un mes para que regrese la Champions y ese es tiempo suficiente para que Ernesto Valverde pueda pulir esos pequeños despistes y convertir al Barcelona en ese campeón que la afición ansía ver a final de temporada.

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