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Hace ya bastantes años que Florentino Pérez cerró el grifo de los grandes fichajes en el Real Madrid, atrás quedaron las inversiones millonarias que se hicieron con jugadores como Cristiano Ronaldo, que quedó bien rentabilizada, o Gareth Bale. El presidente y director deportivo de la casa blanca decidió cambiar su planteamiento, su percepción del mercado futbolístico, para encaminar todos los fichajes con vistas al futuro.

James Rodríguez fue el último gran fichaje de Florentino, 75 millones invirtió en el colombiano tras convertirse en la revelación del Mundial de Brasil de 2014. Desde entonces la política de fichajes del Real Madrid ha ido tornándose en la búsqueda de jóvenes promesas, más o menos conocidas, para terminar de formarlas en Valdebebas o en alguna cesión. Evidentemente han existido excepciones como el fichaje de Courtois o los 61 millones pagados por Vinicius, justificados en el potencial de un joven de tan solo 18 años.

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Siguiendo esta idea llegaron Marco Asensio, Mariano Díaz, Dani Ceballos o Álvaro Odriozola, y otros, en cambio, salieron de la cantera blanca y fueron recuperados tras crecer como cedidos. Y de esta forma, Brahim Díaz ha sido el último en sumarse a la lista de jóvenes con talento que prometen de cara al futuro. Pero ¿qué busca el Real Madrid con el fichaje de Brahim Díaz?.

El malagueño tiene tan solo 19 años pero lleva desde los 11 deslumbrando en las categorías inferiores, primero en el Málaga, donde cerca estuvo de debutar en Primera División con 16 años, y después en Manchester. Brahim emigró a Inglaterra hace tres años con el objetivo de continuar formándose en uno de los mayores proyectos futbolísticos del mundo, el del multimillonario City, eludiendo el interés de otros grandes como el FC Barcelona. Allí ha crecido como futbolista y como persona en el filial del primer equipo, hasta llegar a debutar y disputar cinco partidos a las órdenes de Pep Guardiola.

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Hablamos de un jugador que viene a Madrid para quedarse pues ha firmado un contrato que lo vincula al club hasta 2025. Un joven con mucho por aprender aún, pero que ya deja muestras de su gran visión de juego, su habilidad táctica, su desborde, su clase y su bisoño descaro, al que comparan con Isco Alarcón, pese a su papel más ofensivo. Brahim llega al Real Madrid para aportar todo lo mencionado en cualquiera de las tres posiciones del ataque blanco, pues se defiende con las dos piernas y está capacitado para cubrir todo el frente ofensivo. Y para que mentir, Brahim viene para marcar todos los goles que pueda, pues es algo que esta temporada a los blancos les falta.

Sin embargo, ¿es Brahim lo que necesita el Real Madrid?. Las capacidades ofensivas del andaluz son innegables, pero quizá no lo suficiente para la impaciente necesidad de goles que precisan en Chamartín. Llega un jugador joven, que deberá sufrir un proceso de adaptación por corto que sea, y tendrá que tener oportunidades para demostrar su valía. Llega un jugador con vistas de futuro cuando el Real Madrid necesita un futbolista de presente.

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En el Santiago Bernabéu, teniendo en cuenta la situación que atraviesa el equipo, hace falta un nuevo ídolo que reenganche a la afición, que devuelva la ilusión y los goles. Con un Bale que está más tiempo en la enfermería que sobre el césped, la obsesión de Solari por Lucas Vázquez y el descenso en el rendimiento de Isco y Asensio, Florentino debería traer un galáctico de verdad, de los que hacen goles y venden millones de camisetas, un referente consagrado que saque a flote al equipo. Y lo siento mucho pero ni Vinicius Junior ni Brahim Díaz son aún suficiente para la insaciable sed de ídolos de la afición blanca. Entonces, Brahim, que bueno que viniste, o no.