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La Real Academia Española define entre las páginas de su diccionario la palabra volea, o más bien voleo, como el "golpe dado en el aire a algo antes de que caiga al suelo, y, en especial, golpe que se da a la pelota antes de que haga bote". 

En el mundo del tenis la volea es bastante recurrente; en voleibol, como su propio nombre indica, todos los impactos al balón son así; pero en fútbol es un recurso no tan repetido a la hora de conseguir que el balón entre en la portería, en el fútbol pasa a ser un golpeo muy estético, rodeado de una preciosa plasticidad en ocasiones, que suele dejar goles para el recuerdo.

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Algunos futbolistas se han encumbrado como auténticos expertos en esto de las voleas, desde el acrobático Zlatan Ibrahimovic hasta el más rudo Wayne Rooney con un golpeo seco, pasando por deanteros centro como Robin Van Persie. Otros, con el recurso de las voleas, han pasado a la historia por firmar tantos para enmarcar: el gol de James Rodríguez en el Mundial de Brasil que le otorgó el Premio Puskas, el Iniestazo en Stamford Bridge, los acrobáticos tantos de Quini, Fernando Torres y Marco Van Basten, o la mágica volea de Zinedine Zidane bajo el cielo de Glasgow en la Final de la Champions League de 2002.

Muchos son los goles que hemos visto a lo largo de la historia marcados con certeras voleas que barren el fondo de la red, y muchos de ellos los hemos intentado imitar en los patios de colegio, las plazas y los campos de fútbol. Hay quienes, por la dificultad que en ocasiones implica el golpeo, prefieren hacerlo en la piscina o en el río, donde la caída al agua amortigua y además suele resultar bastante cómica para el resto.

Entre todos ellos ha aparecido un verdadero experto, la auténtica reencarnación de Marco Van Basten pero en el agua. Su vídeo ha dado ya la vuelta al mundo gracias a los grupos de Whatsapp y son millones de personas los que han quedado asombrados con la habilidad de este hombre para impactar el balón y ponerlo exactamente donde el quería. Un genio del balón en la piscina, y no me refiero a Felipe Perrone, ni a Guillermo Molina, ni al mítico Iván Pérez, todos ellos son magos pero lo que ellos hacen con las manos, este hombre lo consigue con el pie. Un golpeo absolutamente perfecto y a cámara lenta.