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El episodio más feo de esta pasada jornada no fue ninguna de las decisiones arbitrales que se sucedieron en los partidos de La Liga, el momento para el olvido lo vimos en Ejea de los Caballeros durante un partido de la Segunda División B. El filial del FC Barcelona visitaba el campo del Ejea en su partido correspondiente a la jornada número 21 del grupo 3 de la división de bronce del fútbol español.

Los locales se impusieron por 1-0 en un partido que no será recordado por el resultado si no por la expulsión del futbolista del Barça B, Moussa Wagué. El lateral derecho del filial azulgrana protagonizó la jugada más negativa en España tras recibir una roja directa porque "golpeó a un espectador al tratar de arrebatarle un balón cuando este no estaba en juego". Así lo recogió el colegiado en el acta al final del partido.

En un vídeo grabado por un espectador se ve como el senegalés se dirige a por el balón para sacar de banda y ante la negativa del aficionado de entregarlo, le empuja poniendo su mano en la cara. La grada estalla en un mar de gritos pidiendo la expulsión, que finalmente termina haciéndose real cuando el árbitro llega al lugar de la jugada.

#https://instagram.com/p/Bs5Ja5fBIcK

La tensión generada por la derrota del equipo y el gesto del aficionado no justifican la actuación de un joven que llegó en verano, tras firmar un Mundial de Rusia formidable con su selección. El propio futbolista ha pedido disculpas esta misma mañana a través de una publicación en su perfil de Instagram, donde también se ha encargado de denunciar una serie de insultos racistas.

El mensaje de Wagué en su Instagram ha sido claro y conciso: "Desde estas líneas, quiero expresar mis más sinceras disculpas a la SD Ejea y al aficionado del mismo Club por la conducta que tuve durante el partido de ayer. En un momento de nervios, cuando estábamos con el resultado en contra intentando remontar el partido, no tuve un comportamiento acertado y lo reconozco y quiero reiterar mis disculpas por ello. Quiero denunciar también que mi acción, intentándole arrebatar el balón a un aficionado para realizar el saque de banda, llega después de ser objeto de numerosos y reiterados insultos y cánticos racistas que no se deben tolerar nunca en un campo de fútbol".

Un suceso que daña tanto la imagen del jugador, por su conducta, como la de la afición rival de confirmarse las acusaciones del futbolista.