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Las categorías amateur de la RFEF muy pocas veces son noticia. De vez en cuando, alguna se cuela entre los sumarios de los telediarios deportivos. Cuando esto sucede pueden suceder tres cosas que se han vuelto virales: o una jugada impresionante, un acto de bondad magnífico o una jugada terrible. Esta vez, lamentablemente, ha sucedido lo tercero. Fue durante un encuentro entre el Manlleu y el Sant Cugat. Una decisión arbitral no gustó al portero local y este, sin mediar palabra, le atestó una patada por detrás que dejó al colegiado tirado sobre el césped. Ni tan siquiera tuvo la valentía de golpear de frente.

El contexto nunca puede justificar una agresión, menos todavía de este calibre, pero no por ello deja de ser importante señalarlo. El partido llegaba a los instantes finales con victoria por cero goles a uno para los visitantes. El guardameta del Manlleu, Iván González Puertas, subió a rematar un córner. Se convirtió en héroe al rematar el balón a la red. El árbitro estimo que este remate había sido con la mano y lo anuló. Ciertamente, en las imágenes parece que remata con la cabeza pero es imposible asegurarlo al 100%. El meta, presa de su enfado y de su ira, pateó al árbitro por la espalda. El colegiado quedó desplomado en el suelo. Antes de que el árbitro cerrara el acta, Iván González se acercó a disculparse.

El club local, propietario del pateador, se ha pronunciado a través de Twitter condenando al agresión de su futbolista y anunciando que tomarán medidas para que no se vuelva a repetir. “Desde el club condenamos el lamentable incidente que ha tenido lugar durante el partido de hoy en casa contra el Sant Cugat, hecho que está completamente desvinculado de los valores del AEC Manlleu. Se actuará y se tomarán las medidas necesarias”, publicaron.