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Un nuevo delantero suplente que no rinde como debería en el FC Barcelona, ¡que 'chorprecha'! como diría Davic Broncano. Kevin-Prince Boateng se suma a una larga lista de arietes que llegaron al club blaugrana con el único objetivo de sustituir a Luis Suárez, o al delantero titular de turno, y no consiguen cumplir las expectativas. Aunque en el caso del ghanés, no sabemos muy bien quien las tenía...

Boateng ha llegado este mismo enero para ocupar un puesto en el que ni Paco Alcácer, ni Munir, ni ninguno de los anteriores han conseguido demostrar sus capacidades. Quizá por las escasas oportunidades que han tenido todos estando a la sombra de uno de los mejores delanteros del mundo como Luis Suárez. No es nada nuevo para la afición blaugrana entonces que llegue un nuevo delantero año tras año, y se consume una nueva decepción.

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El delantero venía de un equipo de media tabla en Italia como el Sassuolo, donde era titular indiscutible y referente ofensivo junto a Berardi y Babacar, en el que había firmado cuatro goles y dos asistencias en los trece partidos de Serie A que disputó desde su llegada en verano. Probablemente no era el delantero más deseado en Barcelona pues es por todos conocida su fama de problemático dentro y fuera del vestuario, pero ante los rechazos de otros futbolistas, el ex jugador de Las Palmas cumplía con los requisitos de la directiva culé.

Sesenta minutos tuvo el sábado en su primer partido con la elástica blaugrana en La Liga, saliendo de titular, pero su imagen no fue ni mucho menos la esperada. El futbolista estuvo ausente durante todo su periplo sobre el terreno de juego y finalmente fue sustituido por Luis Suárez con el objetivo de hacer ese gol que diese la tranquilidad a los blaugranas ante un Valladolid que apretaba en cada jugada en busca del empate tras el tanto de Messi en la primera mitad.

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Para colmo, además de hacer un partido cuanto menos discreto, Boateng llegó a su casa y se la encontró patas arriba después de que unos ladrones entrasen y desvalijasen toda la vivienda, llevándose joyas y dinero por un valor que se estima entre los 300.000 y los 400.000 euros. Seguramente le hubiese venido mejor quedarse en su casa, porque en el partido lo único que hizo fue demostrar que le queda muy grande el Barça.